CONOCÍ A MI FAMILIA POLÍTICA EN UN FUNERAL ¿QUÉ PODÍA SALIR MAL?

Todas sabemos que conocer a la familia política es una de las partes negativas de tener una pareja estable. Hay tantas cosas que podrían salir mal que da vértigo. La gente normal suele conocer a la familia de su pareja en una reunión familiar o algo así, pero como todo en mi vida, la normalidad me esquiva.

Llevaba unos meses conociendo a mi pareja y decidimos dar el paso de formalizar la relación unas semanas antes de que su abuelo tuviese a bien morirse, podréis pensar que estoy gafada y es algo que no descarto del todo. El caso es que pensábamos hacer la presentación oficial en una comida familiar que tenían pensada por el cumpleaños del que era mi suegro. Cosas del destino y de la mala suerte, su abuelo falleció y pensé que tenía que estar en el tanatorio apoyando a mi pareja y así hacíamos las presentaciones oportunas. Puede parecer una idea descabellada pero en mi cabeza ese plan no tenía ninguna fisura, era como el plan del Profesor en La Casa de Papel.

Está claro que mi inteligencia no estaba a ese nivel. Pensaba que si les conocía en esas circunstancias, estarían más pendientes del resto de personas y mi presencia pasaría desapercibida, claramente esto no fue así. Quedé antes con mi pareja para hacer juntos la aparición estelar como si de la alfombra roja se tratase. Mal. 

Mi suegra se mostró claramente molesta por el hecho de que su hijo tuviese que irme a buscar antes, por lo visto yo ya me había convertido sin darme cuenta en un parásito de la familia. Pude entender su dolor dentro de las circunstancias pero la cosa empeoró cuando después de hacerme un escáner corporal me dice que si no tenía algo más apropiado para ir a un funeral, supongo que se refería a que se me veía más de 5cm de piel debajo del cuello.

Si hubiese podido ver una barrita con el nivel de paciencia que me quedaba en ese momento, estaría bajo mínimos. El remate de todo esto vino cuando mi cuñada me dice que si no tenía un poco de vergüenza de presentarme allí sin haberles conocido antes. Si algo tengo en la vida es dignidad señoras, así que decidí darles el pésame de nuevo e irme a casa. 

No hace falta que os diga que este hecho supuso una discusión con mi pareja porque ante toda esta cadena de despropósitos él se mantuvo como el reino de Frozen, helado sin articular palabra, como si todo esto no fuese con él. Estaba claro que aunque no quisiese verlo esto era la crónica de una muerte anunciada (y no me refiero a la de su abuelo), pero como siempre te das cuenta tarde.

 

Lara Cuéllar