Las personas no se olvidan, se aprende a vivir sin ellas.

Estas líneas andan dedicadas a todos aquellos que viven una ruptura que no comprenden y quieren dejar de darle tantas vueltas en la cabeza. Además, ¿y si le damos algo de humor a los corazones rotos? Igual no sanan ipso facto, pero poco a poco se acostumbrarán a su nuevo modus operandi.

No voy a negar que es un proceso doloroso y soy la primera dramática del mundo que ha llorado mares por gente que no se merecía ni un charco, pero hay algunas cosas que me han servido y creo que es hora de compartirlas.

 

1- Ponle un mote a tu ex.

Mucha gente decide que esa persona será el o la innombrable, pero sinceramente, eso está ya off. Lo que mola es ponerle un mote y más si tienes resquemor, porque serán más originales de lo que piensas. Parece una estupidez, pero solo al estar pensando qué rasgo a destacar, te puedes echar unas risas.

A mis espaldas tengo al calabaza, el mormón, don croqueto y el merluzo. ¿Qué te parece? Son casi evidentes los motivos de esos pseudónimos, pero es importante que, a partir de ese momento, su nombre no esté presente en tu vocabulario.

Seguro que te preguntas la causa, muy sencillo, has pasado de fase y ni te imaginas las risas que te vas a echar con tus amigos cuando hables de esta persona con este nuevo apodo. Es más, si se pone el mote en modo quorum porque tus amigos te confiesan cosas que odiaban de él o ella y nunca te dijeron, te ayudará a ver la realidad.

2- Escucha rancheras.

No hay nada más desgarrador que una ranchera, pero si le unes el hijoputismo que tiene alguna de ellas, lo vas a flipar.

Subo la apuesta, si lo haces cantando enfrente del espejo con tu mejor pijama, te vas a sentir ridícula, pero liberada. ¡Te lo aseguro!

 

3- Entra en Tinder y habla con la gente.

Pasa de filtros y de historias. No pienses en si la otra persona que hay detrás de la pantalla te gusta o no, solo que es igual a ti que necesita desahogarse y quizás pasa lo mismo por lo que estás pasando tú.

Esto no quiere decir que hables con todo quisqui, sino que no te cierres solo en las citas, sino en conocer gente, historias y situaciones. Te ayudará a empatizar con diferentes escenarios en los que todos sois actores que no habéis salido bien parados.

 

 

4- No te pongas pelis ni series existencialistas, busca el humor negro.

No hay nada mejor como reírse de las desgracias, tanto ajenas como propias. Busca algo para ver que no sea ni pasteloso ni romántico, sino todo lo contrario.

El humor negro te servirá para ver cómico algo que es horrible y que ojalá no te pasara, pero te sirve como chute de la situación en la que vives y que tampoco están tan mal.

5- Prueba cosas que antes no podías.

Yo me tiré tres años sin comer nueces por un imbécil que era alérgico y nadie sabe lo que me arrepiento. Ahora eres libre y puedes hacer lo que te dé la gana. Bebe, come, baila y ríe.

Ponte la peli que te decía que era un rollo y saca tus propias conclusiones, ve al restaurante que decía que no era de suficiente calidad o píntate los labios del color que más odie.

Ahora eres tú lo importante y manda lo que te apetezca en cada momento.

 

6- Intenta imitar a su madre.

El tema de las suegras es algo demasié para el body. Algunas pueden ser maravillosas, pero hay otras que tela marinera.

Lo mejor que puedes hacer es quedar con tus amigas y hacer “La fiesta de la exsuegra.” Intenta disfrazarte como ella se vestía y di frases que fueran típicas de esa persona, como: “Hazle pescado a mi hijo, que tiene que comer de todo”.

Seguro que piensas que es la mayor estupidez de todas las que has leído, pero créeme, te lo vas a pasar pipa.

 

Y aquí quedan estos consejos estrafalarios para que tu ruptura parezca un chiste mal contado. Ponlo a prueba y aprende de los buenos recuerdos que te dará en un futuro no muy lejano.