Con la edad parece que aquello de quedar con los amigos se va postergando en el tiempo. Sea porque trabajamos hasta las mil y llegamos tan muertos que no nos apetece ni la cerveza más fresquita ni los torreznos más crujientes, o sea porque tu amiga la Paqui ya se ha echado novio y se ha vuelto monotema. Encontrar un momento con ellos es maravilloso y por eso lo disfrutamos cada vez más pero, ¿qué cosas son las que odiamos en silencio de quedar con nuestros amigos?

-La pesada del móvil: mira tronca, yo entiendo que estás en modo Tinder y que el chumino te va bailando muy a tope, pero hace mil que no nos vemos y lo único que necesito de ti es poder mirarte durante más de 1 minuto a los ojos sin colisionar con tu pantalla del móvil.

-La que llega tarde: un clásico. Todos tenemos esa colega que le da igual que le digas que habéis quedado a las 21h y os presentéis a las 21:30h sabiendo que va a llegar tarde, es capaz de llegar el día del Juicio Final y encima decir «llego tarde?».

-La que siempre se emborracha: da igual lo que bebáis, ella siempre va pedo y siempre la tenéis que cuidar. Lo lleváis haciendo toda la vida, desde que bebía Blue Tropic con piña y decía ir beoda, y lo haréis hasta que sea una vieja pelleja adicta al moscatel.

-La que se queja de todo: no importa que hayáis ido a ese bar toda la vida, ella tiene mierda para repartir siempre. «La semana pasada la birra estaba más fría», «Pues estos torreznitos están poco hechos, están mejor en el bar al que voy con Puri».

-La que lo instagramea todo: cansina. Ella encontrará el plano perfecto para subir a su Instagram y hacer creer al personal que está en un bareto cool con sus amigos cool, cuando la verdad es que está en el bar más chungo de todo el barrio y sus amigas están con el chandal del domingo intentando superar la resaca con una caña.

-La que no tiene hambre pero luego acaba comiendo de todos los platos. «Es que no tengo hambre, comed vosotros y yo bebo algo». Sabes que es mentira, a la que traigan las patatas bravas va a ser la primera que pique y siga igual con las aceitunas, los calamares y el hummus. Eso sí, a la hora de pagar solo pagará su agua con gas.

-La que se trae al churri y se pasa todo el rato ausente. Ausente o haciéndole inspecciones de caries a la persona en cuestión. Tía, que no quiero ver cómo eres de pesada morreándote con tu churri a menos de 10 centímetros de mi cara.