Es lo que ocurre habitualmente, solemos pensar que las tecnologías de la actualidad son lo más aunque al final siempre llegan esas innovaciones que nos dejan boquiabiertas. Esto fue un poco lo que nos sucedió a finales de los años 90 y comienzos de los 2000. Sabíamos que algo gordo se estaba fraguando, internet y las tecnologías de la comunicación se hacían cada vez más reales y el universo digital comenzaba a entrar en nuestras casas. De repente pasamos de contar con un teléfono fijo pendido de la pared de la cocina a poder enviar mensajes a través de la Casio Club o a recibir avisos en nuestro propio busca. Hasta las mascotas cambiaron, convirtiéndose en pequeños huevitos en forma de pantalla.

Las que crecimos en aquella época fuimos partícipes de todo el cambio. Vimos como quedaban atrás años y años de tecnologías básicas para empezar a utilizar los ordenadores en aspectos tan habituales como los estudios. Nos olvidábamos ya de lo de visitar la biblioteca para documentarnos para un trabajo o jugar a un videojuego dejándonos los ojos en cada píxel. Pensábamos que aquello era lo máximo que la investigación tecnológica podía darnos cuando apenas eran las puertas a todo lo que estaba por llegar.

Los Tamagotchis

Imagen de Pinterest

Fue un poco de la noche a la mañana. De repente en el colegio todos tenían un huevo coloreado con una pantalla en la que se podía ver a un pequeño ser bailando de un lado para otro. Las mascotas digitales fueron sin duda una gran revolución que nos enseñó a ser a responsabilizarnos de cuidar de alguien, aunque fuera un mero píxel. Eso unos, porque otros en seguida desistían para pulsar el botón de reseteo y así poder volver a empezar de cero como si nada hubiera pasado.

La Casio Club

Imagen de Pinterest

Era la agenda digital que todos los jóvenes queríamos. Este chulísimo dispositivo funcionaba como agenda de teléfonos, calculadora, alarma y, lo que era más importante, nos dejaba enviar mensajes entre otras Casio Club. Funcionaba a pilas, para variar, y para poder conectarse con otras agendas utilizaba el sistema de infrarrojos. ¿Lo mejor? Que podías incluir los datos de dos personas y la Casio Club te ofrecía la compatibilidad de la pareja. Todo súper fiable, por supuesto.

Los teléfonos en el coche

Imagen de Motorpasión México

Una locura que a día de hoy está penada por la ley, pero que a finales de los 90 era una pasada solo reservada para los más afortunados. Los teléfonos en el coche eran auténticos dispositivos gigantes que nos permitían hablar mientras conducíamos. Una imagen reservada a las personas adineradas y que ya presagiaba la llegada de los primeros teléfonos móviles.

El iMac 1998

Imagen de Pinterest

A finales de los años 90 una casa o una oficina con este tipo de ordenadores era el sinónimo de estar a la última en tecnología. Pantallas de colores y una funcionalidad por aquel entonces, insuperable. Esos ordenadores en todos crema desaparecían para dar lugar a dispositivos semitransparentes y en mil colores diferentes. Mucho más ligeros y, mucho ojo, ya estaban equipados con módem interno. Además, con estos iMac desaparecían también las clásicas disqueteras, abriendo ya la puerta a los puertos USB.

La Nintendo 64 y la Game Boy Color

Llevábamos ya algunos años flipando muy fuerte con lo último en videoconsolas cuando de pronto Nintendo nos quiso obsequiar con dos súper lanzamientos. Llegaba la Game Boy Color, que nos permitía disfrutar de los mejores juegos en la pequeña consola pero dejando atrás las pantallas en blanco y negro. Y por supuesto disfrutábamos ya de la gran Nintendo 64. Esta videoconsola dijo adiós con la manita a un universo retro para saludar a los gráficos con una resolución que nos sorprendía, ¡y en 3D!

La Encarta

Imagen de Pinterest

Adiós a la gran enciclopedia que cogía polvo en la estantería del salón, hola a ese CD-Rom que nos permitía realizar búsquedas rápidamente. Muchos profesores encontraron en la ‘Encarta’ al nuevo rival a batir, y es que en un mundo donde el copy/paste todavía no estaban tan instaurado eso de revisar 40 trabajos en los que ponía exactamente lo mismo, tenía que ser realmente frustrante. Poco a poco el uso de esta enciclopedia digital dio paso a otras vías y sobre todo a lo que hoy podemos conocer como ‘Wikipedia’.

El juego ‘Línea Directa’

Imagen de Pinterest

Decía mi abuela que aquel juego de mesa era una especie de brujería, el no va más de la tecnología para pasarlo bien. Un juego que, además de tablero, también contaba con un teléfono con el que llamar a los diferentes protagonistas de la partida. Ellos respondían y nos daban pistas hasta que descubríamos quién era nuestra crush. No había tecnología más avanzada que esa.

Mi Instagram: @albadelimon