Cuando tienes menos de 20 años, todo lo vives más intensamente. El primer amor te parece de película, y la primera ruptura es el fin del mundo. Tu vida se acaba porque ya no estás con esa persona tan maravillosa que habías subido a los altares y con la que pensabas que ibas a estar hasta el fin de tus días.

A medida que pasan los años, vamos acumulando una serie de relaciones fallidas que nos aportan una experiencia y una maduración personal. Y entonces es cuando te das cuentas de que aquellos gestos románticos que tanto idealizabas a los 20, en realidad son red flags para que salgas corriendo de esa relación.

¿Pero cuales son esas cosas que tanto nos emocionaban a los 20 años? ¿Qué nos hacían creer que nuestra relación era de película romántica cuando en realidad estábamos dentro de una historia de amor tóxica? Pues por aquí algunos:

  • Dar celos a tu pareja a propósito – “Mi ex me ha llamado, que quiere quedar conmigo para tomar algo” o “Tu amiga Pepita es guapísima, no entiendo cómo no tiene novio…” y un montón de frases envenenadas que soltábamos o nos soltaban para provocar una reacción de celos. Y encima nos creíamos que cuanto más celoso se ponía nuestro novio, era porque más le importábamos…
  • Que le ponga los cuernos a su pareja contigo y la deje por ti – Aunque te parezca súper bonito que haya dejado a su novia por ti, lo más probable es que algún día a ti también te sea infiel.
  • Ir a buscar a tu novia a la puerta de su casa cuando estáis enfadados y esperar horas hasta que baje – Cuando hayáis tenido una gran pelea, o incluso hayáis roto. Esto que es tan de peli romántica de adolescentes, si te lo hace pasada cierta edad, llamas a la policía y lo denuncias por acoso.
  • Hacer un grafiti en la pared de enfrente de su casa – ¡Que cosa más bonita! Ha escrito en al edificio de enfrente “Fulanita, te quiero”. ¿Puede haber un gesto más romántico?
  • Llamadas a las 5 de la mañana cuando está borracho – Ha salido de fiesta y te llama a las tantas de la madrugada para decirte lo mucho que te ama y que se acuerda de ti. A los 30 lo más bonito del mundo es que no te molesten y te dejen dormir.
  • Hablar por teléfono hasta altas horas de la madrugada – Lo mismo, mejor déjame dormir que tengo ya una edad y necesito acostarme pronto y dormir mis ocho horas.
  • Que te escriba o te llame cada 5 minutos – A los 20 piensas “Pero ¡qué romántico que esté tan pendiente de mí!” Y a los 30 mejor que te deje vivir y no te agobie.
  • Que te diga que se muere si le dejas – A los 20 realmente te crees que si se acaba tu relación te mueres, pero a los 30 ya sabes de sobra que nadie se muere por nadie.
  • Es un cretino, pero crees que va a cambiar por ti – A los 20 te gusta el malote, el borde, el distante, porque crees que tú con tu amor y tu entrega vas a conseguir que cambie su actitud y se vuelva el mejor novio del mundo. Spoiler: La gente no cambia.
  • Regalos exagerados después de cagarla – Pobrecito, me puso los cuernos, pero está tan arrepentido que se ha presentado en la puerta de mi casa con un ramo de rosas y un oso de peluche. Cuanto más exagerado el gesto o más grande es el peluche, mayor ha sido la infidelidad.
  • Numeritos en público – Qué bonito a los 20 cuando tienes una acalorada discusión con tu pareja en medio de la calle y se asoman hasta los vecinos por las ventanas para ver qué está pasando. De esas peleas que acaban en reconciliación con sexo desenfrenado. Pero a los 30, lo único que quieres es no llamar la atención, y si tu pareja alza la voz o pierde los nervios en un sitio público lo más probable es que te vayas y no vuelvas a ver a esa persona nunca más.

Lo que está claro es que a medida que crecemos, nuestras perspectivas y prioridades evolucionan, y eso puede afectar nuestra forma de ver el amor y las relaciones. Afortunadamente, con 30 años somos más viejos, más sabios y por tanto, capaces de distinguir el amor de verdad frente a un amor tóxico.