Te has pasado toda la noche follando, has dormido dos horas, has tenido tantos orgasmos que ahora ya eres «Orgasmatrix» y de repente debes volver a la realidad, a levantarte de esa cama que huele a perros y salir al mundo real. Es una pena pero es que no te puedes quedar porque corres el riesgo de morir de gusto y aunque es una muerte genial, aun eres demasiado joven para palmar. Así es que te duchas, te vistes y te vas al trabajo. Pero… con unas huellas de lo que ha pasado la noche anterior que te durarán todo el día. Aquí unas cuantas que nos han pasado a todas, y lo sabes:

Todo te parece maravilloso: Que hay tráfico, pues mejor así puedes recordar todas las posturas que hiciste mientras te comes la caravana. Tu jefe te parece simpático y todo, y si está borde piensas: «Pobrecillo hace tanto que no tiene una noche como la mía de ayer».Te has tragado a Mr. Wonderful aunque seas la tía más seca del planeta.

Sonríes sola: Y no es esa sonrisa de boba que tienes cuando estás enamorada, es una sonrisa de pilla que piensa todo el rato:»Madre mía, qué noche, si supieran en lo que estoy pensando me censuraban, e instagram me cerraba la cuenta forever and ever».

Te sientas raro: Y alguna compañera te pregunta qué te pasa, o que si tienes hemorroides porque no sabes cómo ponerte en la silla y cambias de postura cada tres minutos, pero es que ahí abajo querida hay irritación para dejar la fábrica de Natusan sin existencias.

Los labios: Los de abajo, los tienes más hinchados que los de Carmen de Mairena, es como si te hubieras pinchado ácido hialurónico y te hubiera hecho una reacción alérgica. Vaya que no cierras las piernas ni poniendo todo el empeño del mundo.

Agujetas: Ya puedes ser la reina del gym que después de la maratón sexual tienes agujetas y te duelen músculos que no sabías ni que tenías. Y qué dolor tan bueno.

Tienes la boca irritada: Igual que si hubieras chupado un cactus, porque a parte de besar, y besar y besar hasta que se te irrita toda la piel de alrededor de la boca, y no digamos si el susodicho tiene barba, ahí te ha hecho un peeling facial que ríete tú de los químicos, eso tarda en regenerarse 15 días mínimo.

No sientes la lengua: La has usado tanto y para tantas cosas diferentes que ella se ha dormido y ahora es como si tuvieras la suela de un zapato dentro de la boca. Está agotada y no te denuncia por explotación porque no hay un sindicato de lenguas, eso te ha salvado.

Caminas como si acabaras de bajarte del caballo: porque desengáñate, eso está tan hinchado que es imposible hacerlo de otra forma.

Te pasas el día húmeda: porque chorreas por las partes bajas que es un despropósito, si se pudiera guardar tendrías para el resto de tu vida y jamás tendrías que comprar dermovagisil.

Cuando vas a hacer pis: Notas entre un escozor y un dolor intenso, y te duele hasta el roce del papel al limpiarte, pero qué dolor más bueno.

La piel te brilla como un gusiluz: Y los ojos, y hasta las pestañas, todo te brilla porque tu reluces por dentro, querida.

Ligas más que de costumbre: Dicen que por las hormonas, por lo que desprendes, o porque estás tan bien follada que tu buen rollo inunda la ciudad, y tus bragas, no te olvides.

Te pones cachonda cada vez que recuerdas la noche anterior: Y no porque no hayas tenido suficiente, sino porque cada vez que te viene una imagen de lo que ha pasado, tu sexo que aún está en shock post traumático, reacciona y como no puede hiper ventilar pues se moja de nuevo. Prepara un paquete doble de salvaslips, querida.

Moratones  y arañazos en sitios raros: Que tú de repente te los vas encontrando y piensas: ¿Pero este de que es? y cuando te acuerdas, otra vez inundación de los bajos.

No necesitas maquillarte: Porque estás tan maravillosa y haces tan buena cara, aunque no hayas dormido que puedes salir a la calle sin eyeliner y con un moño improvisado y pareces la puñetera Afrodita.

El olor: Ese olor que aunque te hayas duchado y rascado con una piedra pomez, cuando pasan las oras vuelve a ti, y que si se lo tuvieras que oler a otra persona le potarías encima, pero como es tuyo, y suyo, de repente te huele a Dolce & Gabanna.

Comentarlo con una amiga de confianza: Eso es parte del ritual, escribirle un Whatsapp y contarle todos los puntos anteriores, y que ella te suelte una salvajada aún más ordinaria. Porque te comprende y porque a ella también le pasa, y que sepa porque hoy estás tan feliz, si no te ha tocado el euromillón.