He crecido y he vivido hasta mis 18 años rodeada por personas de Opus Dei.

¡Pero con trampa! Si, es cierto. Tuve la gran suerte de que mi padre no es de Opus Dei. Gracias a él he podido crecer con cierta normalidad dentro de una comunidad que en muchas ocasiones puede dar miedo.

¿Alguna vez has oído hablar de Opus Dei? En unas pocas palabras: una comunidad ultra conservadora anclada en los valores y patrones del cristianismo radical. La principal misión de esta organización es inculcar la palabra de Jesús en nuestra vida ordinaria mediante la santificación del trabajo.

Dentro del Opus Dei he convivido con dos tipos distintos de afiliadas:

Las numerarias son personas que se agrupan en comunidades. Viven en casas con muchas otras personas de su mismo rango. En esas casas organizan actividades extraescolares que ofrecen a las niñas de la comunidad.

Las numerarias hacen los mismos votos que las monjas o los curas, con la excepción de que se visten de manera normal y trabajan como personas normales. Muchas de estas personas trabajan en hospitales, colegios o en general, centros regidos por el Opus Dei. Su misión principal en teoría es el apostolado, pero así entre tú y yo: es la captación de nuevos miembros

Las súper numerarias son mujeres que prácticamente tienen una vida normal. Forman una familia e incluso trabajan. No nos olvidemos de que son mujeres ancladas en valores y costumbres ultra conservadoras. Y no hace falta que lo diga: una súper numeraria se casará con un súper numerario y llevarán a sus hijos a un colegio de Opus Dei.

Entender la diferencia entre estos tipos de afiliadas es importante. Pasa lo mismo con los hombres, hay numerarios y súper numerarios.

Después de 18 años en el Opus Dei, esto es lo que más me ha marcado de esta comunidad y las razones por las cuales no me gustaría que mis hijos crecieran en el Opus Dei:

· DIFERENCIA ENTRE GÉNEROS

Dentro del Opus Dei, las mujeres aún siguen bajo la protección (yugo) del género masculino. La separación de los géneros es estratégica para mantener estos valores.

Las niñas solo juegan con niñas, van a un colegio regido por el Opus Dei donde sólo hay niñas y hacen extra escolares en los centros regidos por las numerarias dónde ¿Adivina qué? Sólo hay niñas.

En mi colegio nos enseñaron a coser, nos instruyeron en protocolo, nos enseñaron mecanografía y punto de cruz. En los colegios regidos por Opus Dei para niños, organizaban torneos de emprendimiento, olimpiadas matemáticas y otras historias.

Desde que naces, estás en un entorno en el que la relación con el género masculino es muy escasa. Todas tus amigas o profesoras creen que uno de los objetivos de tu existencia es casarte y tener muchos hijos. Claro, en ningún momento te planteas lo contrario.

Esto fue duro para mí. Yo siempre he sido una persona muy creativa que miraba más allá de lo impuesto. Importunaba a mis profesoras con miles de preguntas y no me creía sus palabras sólo porque debiera hacerlo. En muchas ocasiones me castigaron por querer obtener una explicación lógica.

En un tutoría, mi profesora le dijo a mi madre “Al menos es guapa, no tendrás problemas para casarla rápido” ¿Pues sabes qué? 30 años, Soltera y Directiva.

· EDUCACIÓN DE POCA CALIDAD

Los colegios de Opus Dei son muy caros, pero no por ello son necesariamente buenos centros docentes. Es cuestión de oferta y demanda, te lo explico: Cualquier otro colegio normal selecciona a sus profesores basándose en su CV, aptitudes o experiencia ¿No?

Bueno, los colegios de Opus Dei siempre priorizan el acceso de afiliados a la comunidad. En definitiva, no se selecciona el profesorado por sus aptitudes y eso se nota.

El colegio al que yo fui era probablemente el colegio más caro de mi comunidad, sin embargo, todas las niñas tuvimos que ir a clases extra escolares para prepararnos para la selectividad. Para más detalle: Después de 2 años acudiendo a extraescolares de inglés, yo misma podía corregirle a la profesora de inglés que tenía en el colegio.

Más allá de la capacidad del profesorado, a mí nunca me explicaron cómo funciona mi cuerpo, qué significa tener la menstruación o cómo se conciben los hijos. Tampoco me explicaron teorías científicas que van en contra de lo que ellos creen y que son mundialmente estudiadas.

En un colegio regido por el Opus Dei, TODO está condicionado por el extremismo católico.

· MAFIAS Y ENCHUFES

Como en toda comunidad, el tema del enchufismo está al orden del día. Las niñas de mi clase que sólo hacían extraescolares en el centro de las numerarias o que venían de familias de súper numerarios nunca suspendían una asignatura.

No te está hablando una amargada que no pudo terminar sus estudios y que está muerta de envidia. Te lo dice una mujer de 30 años, con carrera y máster que no tuvo nunca problema con sus notas.

Cuando tenía 16 años empecé a darme cuenta de cómo realmente funcionaban las cosas en mi colegio, así que empecé a apuntarme a los retiros espirituales los fines de semana y aunque no tenía tanto tiempo para estudiar, mis notas mejoraron sustancialmente.

Ser simpatizante o llevarte muy bien con algún miembro de Opus Dei te abre muchas puertas. La propia directora del colegio llegó a redactar recomendaciones personalizadas que se presentaron en ciertas Universidades para echar una mano a las niñas que venían de familias de Opus Dei.

· REPRESIÓN Y CAPTACIÓN

Esto está relacionado con lo que os comentaba antes. En el Opus Dei, las mujeres debemos ser de una manera muy concreta. Aunque estudiemos carreras Universitarias y seamos inteligentes nunca estamos a la misma altura de un hombre.

Todas esas características o virtudes que el Opus Dei considera que una mujer debe de tener, se intentan imponer constantemente. Yo siempre tuve un carácter con mucho liderazgo y muy autoritario, además, siempre he sido una persona muy creativa. Y esas facetas de mi personalidad eran constantemente reprimidas y castigadas.

A su vez, en mi colegio, había una constante intención de captación. Muchas niñas eran invitadas diariamente a acudir a las clases extraescolares del centro donde vivían las numerarias.

Durante las clases, además de la clase y de rezar, les contaban todas las ventajas y maravillas de vivir en una hermandad con en la que vivían las numerarias. Una niña de mi curso, con 17 años anunció que seguramente se uniría al Opus Dei como numeraria, después de hablarlo con sus padres, pasó un mes viviendo con las numerarias. Aquella niña se arrepintió y pidió salir del Opus Dei. Sus padres le contaron a mi padre que la directora del centro le había dicho que tenía que ir con una goma rugosa atada a un muslo para así deshacerse de todos esos impulsos sexuales que estaba experimentando.

La niña debió hacerles caso y al cabo de dos horas de llevar la goma atada y debido al roce con el otro muslo, comenzó a sangrar. La niña pidió que le dejaran quitarse la goma y le negaron la opción de quitársela hasta que cumpliera 24h con la goma puesta.

Cuando esa niña salió del Opus Dei y volvió a su casa, automáticamente la expulsaron del colegio. Le expulsaron del colegio en su último año de bachillerato. Tuvo que cambiarse de cole y perdió 2 años docentes.

 

· INCOMPATIBILIDAD CON EL MUNDO REAL

El Opus Dei, a no ser que se haya modernizado mucho en estos últimos años, es una comunidad (algunos lo consideran secta) que está completamente obsoleta en cuanto a valores y principios.

No me malinterpretes. Yo soy creyente, los tiros no van por ahí. A lo que me refiero es que se puede creer en Dios y ser una mujer independiente, responsable de su propia vida y con éxito laboral. Se trata de una organización muy opresora y condicionante que no fomenta la individualidad, la autonomía o el éxito personal (sea lo que sea que esto signifique para cada persona).

Siempre recordaré el shock que viví mi primer día se Universidad. Cuando vi que había chicas de mi edad que fumaban porros lo primero que pensé fue “¡Dios mío! En mi clase hay drogadictas”

Cada vez que veía a una pareja de mi edad besarse, pensaba que ella era una puta por hacer eso en público. En fin, que te voy a contar…

Fue todo un shock y aprendí muchísimo. Salir del colegio fue lo mejor que me pudo pasar. Caí a la realidad con ganas y entusiasmo, conocí a muchas personas normales que me ofrecieron una perspectiva de la vida real y sana.

Fue entonces cuando tuve el valor para comenzar mi vida, establecí mis propias normas, desarrollé todas mis aptitudes y aprendí a seleccionar en qué cosas quería creer y en qué no.

 

Anónimo