Las crisis de pareja son un punto por el que muchas relaciones y más si son duraderas pasan en algún momento. Donde puede que uno de los dos está pasando por un mal momento, hace tiempo que nos estancamos en la monotonía, nos cuesta ponernos de acuerdo, discutimos más de lo normal o hasta te replanteas si esa es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.

Pero esto no quiere decir que sea el fin de una relación, ya que en la gran mayoría de ocasiones estas rachas pasan e incluso la fortalecen.

El problema viene cuando durante estos periodos de bajona, en ocasiones aparecen terceras personas en la ecuación,  por mera casualidad o buscadas.

Y aquí es donde se complica la cosa, porque cuando mi pareja no me hace todo el caso que yo quiero o necesito, la cosa esta fría y/o tensa y solo nos comunicamos para lo estrictamente necesario, es fácil que creamos encontrar en otra persona una atención mucho mejor.

Jugar a esto puede ser muy “divertido” pero a la vez muy arriesgado, porque aunque para muchas personas hay ciertas cosas que no se consideran realmente infidelidad, yo te pregunto ¿para ti que es infidelidad?

Esta suele ser una de las preguntas que más hago en terapia de pareja cuando veo a los implicados por separado, y es que, os sorprenderías la de cosas que hacen las personas a espaldas de su pareja y que de primeras no relacionarían con una infidelidad.

Una vez leí una frase que me gusto mucho y dice una verdad como un templo:

“Hay mas infidelidad en un “buenas noches” a otra persona mientras tu pareja está al lado, que un polvo rápido con una persona a la que jamás volverás a ver”

A mi juicio me parece que esa frase es muy sabia, porque extiende la infidelidad a otros muchos aspectos, dejando de reducirlo solo a la parte sexual. Crear un vínculo emocional con otra persona teniendo pareja, si me apuras puede ser bastante peor que un contacto sexual fugaz, porque existe un entresijo mucho mas enredado detrás de todo eso.

Pero ¿Qué pasa por la mente de la persona que empieza a tontear?

En este caso voy a hablar de unas situaciones concretas, no de los infieles por naturaleza que no dejan de buscar fuera de su relación, voy a hablar de parejas sanas que se quieren y quieren estar juntos, pero en ciertos momentos de crisis en su relación dejan que otras personas aparezcan a algún nivel y aparecen dudas.

Lo primero, esa persona suele sentir una carencia de afecto, atención o simplemente que su pareja le aburre, ya no quiere hacer nada, ni salir a ninguna parte, y esa persona se siente totalmente estancada y cansada.

Y es cuando se cruza otra persona, puede ser un compañero de trabajo, un antiguo ligue con el que al final nunca paso nada, un amigo de la infancia, etc.

Cuando te quieres dar cuenta y de la forma más inocente han empezado los intercambios de mensajes. Al principio eran casuales, el típico como te va la vida y demás, que poco a poco se van convirtiendo en costumbre.

Es muy fácil pasar de un ¿Cómo estás? Así suelto de vez en cuando, a un, “¿Qué haces?” “¿Cómo te ha ido el día?” “suerte en eso que tienes hoy” y sin darnos cuenta compartimos casi todos los aspectos de nuestra vida con esa persona.

De los típicos mensajes inocentes, empiezan también las fotos más inocentonas todavía, pero sin daros cuenta habéis empezado a mandaros algo más que la foto del desayuno. Que si selfie por aquí, que si pasé por este sitio y me acordé de ti, que van derivando cada vez más en indirectas claras de ligoteo.

 

Hay un porcentaje que decide quedarse detrás de la pantalla de su móvil, porque así sienten que “no están haciendo nada” solo es un amigo con el que  hablo de vez en cuando. Pero otra parte se atreve a dar el paso y quedan en persona.

Y te ves tomando cañas, yendo de compras o a pasear, incluso al cine o a cenar, pero te sigues repitiendo a ti misma que no pasa nada, que solo sois amigos y como además no ha pasado nada físico entre vosotros, todo va bien.

No querida, justo en este momento es cuando todo va mal.

Y es más, si tan inocente fuera todo esto, se lo contarías con pelos y señales a tu pareja, pero este en la gran mayoría de los casos no sabe ni de la existencia de la otra persona y si lo sabe tiene un 10% de la información real.

Llegados a este punto es cuando te empiezas a replantear todo, empiezas a sentir cosas de verdad “intensas” por la otra persona, estas deseando hablar con él o verle, haces mil cosas divertidas y estáis tan genial que te planteas ¿estaré perdiéndome algo mejor que mi relación?

Está claro que esto no son matemáticas exactas y hay casos y casos, pero es totalmente normal sentir todo eso por esa persona y dejar de sentir o creer que se siente menos por tu pareja actual, pero seremos muy claras, esto es porque, estás pasando de tu relación.

Hace tiempo que ya no la cuidas, en vez de hablar con tu pareja, preguntarle como le ha ido el día, intentar hacer planes divertidos, hace tiempo que dejaste de hacerlo y te alejaste más y mas de tu relación, para meterte en otra “cosa” que simplemente te hace sentir mejor.

Aquí puede pasar dos cosas, que finalmente dejes tu relación y decías empezar con esa otra persona, que oye, puede ser que el amor con tu anterior pareja se haya terminado y se haya reavivado con esta, pero dejarte muy claro que toda esa emoción que sientes, seguramente también la sentiste al principio con tu anterior relación.

No podemos olvidar que las relaciones tienen fases y que muchas personas se vuelven adictas a la primera, porque es la más fácil, pasional y divertida, pero que también se estancará mas tarde o más temprano.

O por otro lado, recapacitas, decides cortar toda relación con esa persona y volver a volcarte como tu pareja se merece e intentar recomponer lo vuestro, y de verdad os digo que se puede.

Lo ideal sería no llegar al punto de meter a otra persona, pero si te pasa o te ha pasado, espero que ahora entiendas porque se te revuelven todos esos sentimientos, y es más por la emoción de los primeros momentos muchas veces que por un amor en sí.

Por si tienes que tomar una decisión, lo hagas desde el conocimiento pleno de lo que te pasa.

 

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected]     instagram: @aidavallesconsulta_