El pasado 2 de febrero viví en mis propias carnes el impacto que pueden tener las redes sociales. Subí un vídeo a mis cuentas de TikTok e Instagram con la única intención de entretener a mis “croquetillas” que son la preciosa comunidad que nació en mi cuenta @croquetamente__, me fui a dormir y al día siguiente me encontré con el pastel: el vídeo se había viralizado. Al principio no entendía nada, tenía cientos de mensajes en Instagram, amigos míos mandándome WhatsApps de “tía, te has viralizado” acompañados de fotografías de stories de gente famosa, artículos de periódicos…Flipé. 

Sí, fue el famoso primer vídeo de ‘Gente gorda haciendo cosas’.

El vídeo en cuestión es una traducción de un vídeo de @nannymacb que subí, como digo, por echarnos unas risas sin imaginar lo mucho que iba a impactarle a la gente. De ahí que decidiera (entre bastantes conflictos, también te digo) continuar con la sección añadiéndole mis experiencias y manteniendo el formato. 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Mara Jiménez (@croquetamente__)

Aunque cuando pasan estas cosas ya te catalogan como Influencer o Famosa, debo reconocer que son términos a los que todavía me estoy habituando. En cuanto a los seguidores, pasé de 2.000 en Instagram y 3.000 en TikTok a 13.000 y 20.000 en tres días, respectivamente. Desde ahí ha ido creciendo a lo largo de estos meses, hasta los casi 86.000 en Instagram y 150.000 en TikTok. No te hablo de cifras para chulear, sino para que puedas entender mejor el impacto que sentí en tan pocos días. 

Cuando abrí Croquetamente, lo hice con la única intención de que mi mensaje llegara a la gente y pudiera ayudarles. En mi cuenta hablo de mi historia con el TCA, mis problemas de inseguridades y Autoestima… Claro que me pone feliz ver esas cifras, ¡mentiría si dijera lo contrario! Han sido muchos años de trabajar duro en mí, en mi recuperación y por ello me hace enormemente feliz saber que la gente conecta conmigo, con lo que hago, con mi historia y que ésta pueda llegar a tantos corazones que lo necesitan (tan cursi como suena) pero a la vez salieron todos mis miedos, mi voz más crítica y autoexigente diciéndome “tienes que estar a la altura”, “prepárate para la que te va a caer” y derivados, que me llevaron a varios días de muchos nervios y poco descanso. 

Por supuesto, todo esto sumado a que entre toda la vorágine, yo seguía con mis dos trabajos y mi ya ajetreada vida, por lo que la ansiedad fue bastante importante las primeras semanas. Quería seguir contestando a todos los mensajes, como había hecho siempre, aceptar todas las propuestas de entrevistas y charlas, como también había hecho siempre…El problema es que el volumen era mucho mayor y sencillamente no podía abarcarlo todo y evidentemente peté. 

Por suerte, la mejor parte de toda esta viralización ha sido el enorme cariño que he recibido. En esos días tan complicados, en los que decidí compartirlo para que toda esa gente que había llegado a mi cuenta pudiera saber lo que estaba pasando, recibí cientos y cientos de mensajes de apoyo que me faltará vida para agradecer. Claro que también he recibido comentarios negativos, algunos verdaderamente horribles, pero es en parte lo que implica hablar de temas tan controvertidos, tan minoritarios todavía por desgracia y que nos invitan a cuestionarnos a nivel individual. No todo el mundo está preparado para entender todo lo que decimos cuando hablamos de gordofobia, ni tampoco para cuestionar sus propias actuaciones, y en definitiva tras una pantalla es súper sencillo volcar todas tus frustraciones y tu odio hacia otras personas. 

En fin, me apetece contarte todo esto porque yo siempre había fantaseado con el día que tuviera miles de seguidores y nunca había barajado la posibilidad de que eso me abrumara. Planteaba muchas veces la posibilidad con mis amigos y era en plan: “seguro que me sentiré súper feliz y lo llevaré genial”. No contemplaba tener que lidiar con muchas emociones, con mi propia auto exigencia, con que no todo fuera color de rosa pero eso también forma parte de las redes sociales. 

Las redes implican exponerte, para lo cual tenemos que estar muy seguras de nosotras mismas y tener muy claro el foco, el impulso que nos lleva a hacer lo que hacemos porque habrá días que no tengas ganas de nada, que te encuentres más cansada y lo negativo te afecte. Puedes decidir mostrar la parte que te interese en redes, adaptarlo al mensaje que quieras dar pero para mí lo más importante siempre ha sido la honestidad. 

No quiero gente que me idealice, que piense que mi vida es perfecta, quiero que la gente me conozca vulnerable, divertida, reivindicativa, fiestera, romántica, triste, enfadada…Porque creo que eso es lo que da valor a un uso de las redes sociales sano para todos. Hay que estar muy trabajado en uno mismo para ser capaz de continuar cuando todo va en tu contra, cuando hay tantas personas siendo realmente mezquinas contigo. Tengo claro que no hubiera podido gestionar esto en otro momento de mi vida. Ha tenido que ser ahora, cuando tan clara tengo mi valía y he dejado de ponerla en las manos de los demás, cuando puedo disfrutar de este proceso, del amor que recibo y gestionar también esas críticas que entiendo vienen de personas muy vacías, capaces de, entre otras cosas, desearme la muerte. 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Mara Jiménez (@croquetamente__)

Aprovecho también para daros las gracias a todas las que apoyáis mi cuenta. Siempre lo digo y no me canso: Mi niña interior, que tantas veces pensó que no valía, sonríe agradecida con cada muestra de cariño. Siento que todo el dolor de mi mochila hoy tiene una razón de ser, hoy lo libero para que otras personas puedan verse reflejadas porque sí, yo he estado ahí. Yo he estado en el miedo, el rechazo, la vergüenza y hoy soy quien soy por entender que soy muchísimo más que eso. Y tú también. 

Ojalá Croquetamente siga creciendo y llegando a vosotras porque hoy necesitéis el mensaje y os ayude. Ojalá seguir inspirándoos a tantas, ojalá seguir encontrando mi propósito de vida en cada “no te imaginas cuando me ayuda tu mensaje” y por supuesto os digo: QUEREROS. QUEREROS MUCHO para que nada ni nadie pueda tumbaros. Cuando tengáis que parar, parad. Cuando tengáis que llorar, llorad. Y después a seguir, porque solo vosotras tenéis la verdadera potestad de decidir cuánto valéis. El resto de personas y su criterio NO IMPORTAN. 

Os súper apapacho (L) (L) (L) (L)

 

Mara