Creo que todas tenemos un ex, o varios, que son un verdadero perro del hortelano, que ni comen ni dejan comer.

Os vengo a contar mi caso y veréis que os sentís totalmente identificadas. Seguro que en algún momento lo habéis vivido o lo estáis viviendo. ¡Qué pesadilla!!

Tenía una pareja, en mi caso única desde los 16 (tengo 37), y hace ya tiempo que decidimos separarnos porque se supone él se enamoró de otra. Pues bien, a la que lo largué de casa de repente ya solo me quería a mí, era el amor de su vida y lo otro fue espejismo. Me lo creo y volvemos y así 4 largooooos años hasta que ya se me infló lo que se me tuvo que inflar y decidimos divorciarnos (esto hace año y medio).

Durante este tiempo que no hemos tenido ningún tipo de relación íntima, porque yo no he querido no porque él no insistiera. Me ha pedido tantas veces volver como dejarlo hasta que hace dos semanas…¡tachán! Me entero que está con la mujer antes mencionada desde hace 6 años. Vamos que llevo una cornamenta…ya decía yo que últimamente me dolían las cervicales, ¡de aguantar el peso! 

¿Por qué esta necesidad de ser un perro del hortelano durante tanto tiempo? ¿Por qué no afrontar la verdad  y a ser feliz? Ambos los seríamos ya a estas altura y tan amigos.

Ahora que ya lo sé todo me muestro agradable y comunicativa con él, tenemos un hijo y cosas en común y ya estábamos en proceso de divorcio de mutuo acuerdo con abogado y, no sé, debe molestarle porque sigue tocando la florecilla… que si tienes mala cara, qué si te pasa algo, que si estás bien, que si te llevas muy bien con este ¿no?…hola? ¿Qué problema tienes? ¿Que no te reprocho nada? ¿Que no lloro por los rincones? 

 

¿Os suena esta situación? ¡Seguro que sí! Si ya tienen otra vida ¿por qué les fastidia tanto que nosotras queramos tener la nuestra? ¿Es su ego masculino? ¿Es esa necesidad de ser macho alfa y tener a sus mujeres en posesión de por vida?

Cada una tenemos nuestra historia y nuestro propio perro del hortelano que no sé ya como decirle que le quité la correa hace tiempo…

Pero oye no todo es malo en esta vida, gracias a esto me decidí a hacerme Tinder por primera vez (a los casi 40, sí) y la verdad estoy alucinando…¡¡pero esto da para otro capítulo!!

 

Jana