Creo que soy mala persona. O mala abuela y peor madre, como mínimo.

Una parte de mí se siente fatal, pero la otra está bastante cansada de hacer el idiota. Y por eso estoy así. Porque no sé si me merezco un pin o una buena reprimenda.

Supongo que es lo que pasa cuando tu hija de 20 años te convierte en abuela y pretende que le cuides al niño para salir de fiesta. O, más concretamente, cuando tú, a tus 48, te das cuenta de que llevas meses permitiéndolo. Es decir, cuando te das cuenta de que llevas 20 años consintiéndola, incluso cuando ya es toda una mujer. Porque vale que su maternidad ha sido un poco precoz, pero está claro que ya no es ninguna niña.

El embarazo la pilló viviendo ya con su novio. No tenían planeado ser padres tan pronto, pero llevan juntos varios años y tenían planes de familia para el futuro.

Cuando tu hija de 20 años te convierte en abuela y pretende que le cuides al niño para salir de fiesta
Foto de Sergey Makashin en Pexels

Fue un shock verme con un nieto en brazos tan pronto, es verdad. Aunque tampoco ha sido nada traumático, solo imprevisto y un poquito precipitado. Por lo que los cuatro abuelos nos hemos volcado en ayudar a los nuevos papás. Tal vez yo un pelín más que el resto. Me encantan los bebés, me encantaba cuidar de mis hijos, ¿cómo no me va a encantar cuidar de un hijo de mi hija? Es como un hijo al cuadrado. Solo que no lo es, es mi nieto.

 

Un niño muy afortunado que cuenta con una mamá, un papá, todos los abuelos y varios tíos. Pero todos esos familiares somos auxiliares, los que deben criarlo son sus padres. Las 24 horas del día, siete días a la semana y todo el año. Por supuesto que les echamos una mano cuando trabajan los dos y no abre la guardería o tienen algún compromiso. Faltaría más.

Lo que me tiene muy cansada es que mi hija se piense que, como yo estoy feliz de estar con mi nieto, ella puede seguir haciendo su vida como si su bebé fuera mío.

Cuando tu hija de 20 años te convierte en abuela y pretende que le cuides al niño para salir de fiesta
Foto de Sergey Makashin en Pexels

Me quedé con él sin problema la primera vez para que salieran ella y su pareja a cenar tranquilos. También aquella otra que los invitaron al cumpleaños de uno de sus mejores amigos. No puse pegas cuando organizaron un fin de semana romántico por su aniversario. Pero es que les he dado la mano y se han cogido el brazo entero.

Llega el fin de semana y me veo con que mis planes no cuentan, porque ellos ya han hecho los suyos y contado con que el peque se queda conmigo. Como si yo no trabajara toda la semana con la vista puesta en el finde para descansar, salir o lo que sea que me apetezca hacer.

 

No, mi hija se debe de creer que no tengo vida. O que su tiempo de ocio vale más que el mío, y por eso ella puede continuar viviendo como antes de ser madre, mientras yo vuelvo a tener un bebé, dos décadas después.

Y yo creo que ya está bien. Así que las cosas van a cambiar. Estaré aquí para ayudarle con el niño cuando lo necesite. Pero no para seguir consintiéndola y dándole la sensación de que sus responsabilidades de madre son de quita y pon.

 

Anónimo

 

Envíanos tus movidas a [email protected]

 

Imagen destacada