Os vengo a contar un secreto: estoy casada y tengo fantasías con otros. Tengo fantasías en la vida real y tengo fantasías en sueños. Hay días que me lo monto imaginariamente con mi vecino en el ascensor y otras que me despierto con el calentón de haberme enrollado en sueños con mi amor platónico de la universidad.

Y os preguntaréis: ¿me siento culpable? ¿He dejado de querer a mi marido? ¿Ya no estoy enamorada de él? ¿Nuestra vida sexual es una castaña? Pues para nada, ni me siento culpable ni el amor ha pasado a mejor vida. De hecho vengo a romper una lanza a favor de las fantasías.

Wendy Strgar, escritora y experta en relaciones, explica que las fantasías secretas no significan en ningún caso que hayas dejado de amar a tu pareja o que la relación esté abocada al fracaso. Sino que es probable que acumules un excedente de carga sexual que necesita ser canalizada.

giphy

En mi caso le doy totalmente la razón a Strgar respecto a los sueños húmedos. Tengo totalmente identificado que cuando me levanto soñando con hombretones varios se debe a que necesito liberar carga sexual. Así que no hay nada mejor como despertarme con el calentón para susurrarle a mi marido que  necesito marcha de la buena.

En cuanto a las fantasías más conscientes no lo tengo tan claro. Como ya os conté reconozco que me encanta montarme películas sexuales con el chico del metro, con el fisio o en la cola del supermercado; pero en este caso tengo dudas de si me pasa por la excedente carga sexual que dice Strgar o por el contrario por el morbo extra que me aporta.

Porque las fantasías sexuales son sanas. Estar en el médico y en lugar de amargarme por las horas que llevo esperando a que me atiendan, me pongo a pensar en cómo me daría el lote con el médico buenorro de turno es un ejercicio la mar de saludable. Esos minutos de conexión con mi sexualidad más libre son un chute hormonal maravilloso, libero estrés y me aportan un subidón extra para darlo todo cuando me rencuentro con mi señor esposo.

giphy (1)

 

Así que no os sintáis culpables por tener fantasías con terceros, con cuartos o con quintos. Cuando estás en una relación larga es normal empezar a experimentar fantasías con personas que no son tu pareja. De hecho las fantasías son simplemente fantasías. No significa que estés siendo infiel ni que debas compartir cada uno de tus pensamientos con tu pareja.

Todos tenemos fantasías y todos las disfrutamos.

Firmado: The perfect wife