Nena, si te has acabado pillando del chico con el que tenías una relación de aquí te pillo, aquí te mato… déjame decirte que poco podrás hacer para echar a esas mariposas de tu estómago. Más bien, deberás culpar a tu amiga la oxitocina. ¿Cómo? ¿Por qué? Sí, sí… toma asiento porque te lo voy a contar todo.

Para empezar, y para que lo entiendas todo, la oxitocina es una hormona producida en el hipotálamo (en el cerebro, vaya), desde ahí se dirige a las terminaciones nerviosas pituitarias y se libera en el torrente sanguíneo. Durante el sexo los niveles de oxitocina se disparan y por este motivo la hormona se encarga de generar el vínculo afectivo. Por algo se la conoce como ‘La hormona del amor’.

Cuanto más disfrutes y cuanto más intenso sea el orgasmo… Pues ya sabes, ¡¡Festival de oxitocinas para todas!! Por eso muchas veces, y más concretamente nosotras, no somos del todo capaces, a la larga, de separar el sexo del amor. Muchos estudios, incluso, han señalado que las personas con pareja frente a aquellas que no tenían relaciones afectivas, durante los primeros meses de enamoramiento, apuntaban un alto incremento en los niveles sanguíneos de oxitocina. Claro, no te jode… no es igual estar todo el día en la cama como conejos y toda súper in love, que más solos que la una.

Soledad máxima

He tardado muchos años en darme cuenta de esto, pero te voy a dar un consejito. No confundamos el gusto por el buen sexo con unos sentimientos reales que van más allá de la cama. Y cuando tengas dudas pregúntate lo siguiente: «¿esa persona me ha demostrado algo para que yo me pille por él o ella?», «¿Se ha esforzado porque tengamos algo más?» Si la respuesta es NO, es bastante simple. Entonces esa persona está a gusto con lo que tenéis, o sea, solo sexo, pero no se plantea dar un paso más.

Mucha ‘culpa’ es de la oxitocina. De hecho, puede ser traicionera y jugarnos malas pasadas ya que, al pillarnos, podemos pensar que esa persona también puede estar sintiendo lo mismo. Nos dicen cuatro cositas bonitas para comernos la oreja y tenernos el bote y claro, con los niveles de oxitocina por las nubes, la verdad es que tampoco les resulta muy difícil. Pero ante eso, recordad que las palabras se las lleva el viento. Lo que nos interesa son los hechos. Que nos demuestren que sí sienten algo por nosotras. Maldita hormona que nos nubla la mente y nos encharca el tanga…

Culpa de la oxitocina

Sea como sea… destruyamos mitos. Que a esta hormona se le haya denominado ‘La hormona del amor’ no quiere decir que de repente nos enamoremos de cualquiera que nos haga tener orgasmos espectaculares. La oxitocina no nos hace enamorarnos, no nos hace crear por arte de magia vínculos afectivos con alguien y no nos hace de repente las mejores personas del mundo y más felices. La oxitocina no es el mago Pop cariño.

Realmente, lo que ocurre es que esta hormona potencia los sentimientos que ya teníamos hacia esas personas. Vamos, que cuando el río suena, agua lleva. Que si te has acabado pillando es que por tu cabeza ya se planteaba esa posibilidad (y en tus bragas, amiga, también). Porque claro, es difícil dejar ir a quien nos hace poner los ojitos en blanco cuando nos empotra.

Amor y oxitocina

Ahora que ya sabéis a qué se deben nuestros enchochamientos muchas veces… ¿se os ocurre algún remedio para evitar perder la cabeza por esa persona? A mí sí. Dejar de quedar o quedar con menos frecuencia con esa persona. ¿Lo vamos a hacer? NO. En fin, chiquis… que follar está muy bien, y yo por lo menos no voy a renunciar a orgasmos infinitos por unas poquitas oxitocinas que ya sabemos que harán que me encoñe de nada. ¿Soy la única dispuesta a sacrificarse?