El amor surge y te descoloca, te hace disfrutar y sonreír. Te hace grande ver el lado bueno de las cosas y llevar las penas con alegría. El amor es la hostia. Vemos parejas agarradas de la mano en el metro, acurrucados en la estación o robándose un beso en cualquier esquina. Lo vemos en las pantallas de cine, de televisión, en los libros y por las calles pero, ¿cómo lo representamos?

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Substantia Jones lo tiene claro, y nosotras también. Así lo demuestra en The Adipositivity ProjectEl amor no entiende de tallas, tamaños, colores o cromosomas. No hay ningún manual en el que se describa la pareja perfecta,  ni ninguna ley que establezca a quién tenemos que querer. Dejemos entonces de representarlo como tal. Olvidémonos de las parejas socialmente establecidas, de creernos merecedores de un amor a nuestra altura. Entendamos que en la variedad está el gusto, que ni a todos les gustan flacas ni a todas les vuelve loca un pene.

Que somos diferentes, queremos diferente y nos enamoramos de manera diferente y que eso, joder, es lo bonito de la vida.