Pues un día pensé que si tenía un cuerpo con una cara era para poder jugar con él. ¡Y ya te digo que jugué con él!

Veréis, al menos en mi entorno, siempre ha estado excesivamente sobrevalorada la belleza natural. Maquillarse sutilmente, peinados casuales, uñas decentes… Ir guapa pero sin que se note el esfuerzo. Me parece una soberana tontería (no me malinterpretéis, está canela, pero la imposición de lo normal me aburre)

Por ello, de un tiempo para aquí, he estado experimentando más con mi maquillaje, con sombras y pintalabios que son una jodida fantasía. También me he atrevido con las pestañas postizas y, si no fuesen tan caras, también me lanzaría con las pelucas.

Pero las pecas falsas con henna eran una apuesta demasiado fuerte y me daba miedo hacerme un estropicio en la cara. Hasta que una amiga, que me repetía una y otra vez «siempre niñata nunca inniñata» para empoderarme, me animó.

¡Así que hizo un pedido de henna en Amazon y se vino para mi casa a probarlo! Pincha aquí para comprarlo tú también.

No os voy a mentir, antes de ponernos al lío estuvimos jugando con el color negro que venía en el pedido para hacernos tatuajes con las plantillas y hasta nos atrevimos a hacer nuestras propias plantillas. Os recomiendo que os pongáis en una mesa despejada y que uséis los guantes porque si sois tan caóticas como nosotras… Acabará todo teñido de un color caca precioso.

Para empezar con las fake-pecas, nos miramos varios vídeos en YouTube y cogimos ideas. Vimos que recomendaban aplicarse jugo de limón antes de empezar para que se impregnase más el color (no entendimos muy bien el motivo) y también buscamos en internet ejemplos de chicas con pecas para copiar el patrón.

Os recomiendo que no uséis los pichorros de plástico que os vienen en el pedido para hacer las pecas, mejor cortad muuuuy poco las puntas de las mangas de henna o usad un palillo.

Así estaba mientras esperaba a que se secaran mis nuevas pequitas

La primera vez que nos pusimos las pecas, esperamos tres horas y nos poníamos intermitentemente al sol puesto que también habíamos visto en YouTube que así se impregnaría más el color. No os asustéis al ver la foto, los puntos en henna marrón que te tiñen la piel nunca quedan tan marcados cuando le quitas la henna seca. Y, por cierto, quitar la henna seca es un gran placer, cómo cuando te quitas una costrita, pero sin el remordimiento de dejarte cicatriz.

Una vez trascurridas las tres horas y quitado la henna seca de la cara, quedé así:

Me quedó extremadamente sutil, se veían, pero no era el efecto deseado. Fue un poco decepción porque ami amiga, que está muy morena, ni se le veían…

¡Pero a la mañana siguiente el resultado fue otro! Resulta que las pecas llegan a su máximo de color un día después de habértelas puesto, así que entre eso y unas pocas pecas más que me añadí para tener más densidad… ¡TERMINÉ ASÍ!

Las pecas de henna no duran mucho y quedan muy naturales, estamos seguras de que repetiremos y, en invierno, no estaremos tan morenas y se verán mucho más.

¡Recordad, chicas: SIEMPRE NIÑATAS!

Insta: @Oyirum