Yo siempre diré que cuuuuaaanto daño ha hecho el cine en la vida sexual de las personas, como el señor Grey y su puñetera madre. Bueno el cine y lo que no es el cine, las expectativas, el encasillar las prácticas sexuales, no entender que no todos disfrutamos con lo mismo, etc.  Y os diré a qué viene tanta indignación.

Muchas veces leo artículos, el foro o cuando la gente me cuenta que piensan que ellos mismos o su pareja son “raros” porque les gusta cosas diferentes que se salen del mete saca conejero o del maldito misionero (que de vez en cuando está bien pero para todo el rato cansa)

Y es aquí cuando a la gente le da miedo “innovar” no vaya a ser que se vuelvan unos fetichistas o unos pervertidos, y esto aun que resulte de risa en algunos casos, la verdad es que mucha gente lo piensa.

Lo primero analicemos y llamemos las cosas con propiedad, un fetichismo sexual es una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un objeto fetiche, es decir, que si ese objeto o condición no esta presente, la persona muchas veces no puede ni excitarse y mucho menos llegar al orgasmo.

Ni más ni menos, lo que se salga de ahí NO ES UN FETICHE, que si a tu chico le da morbo que te dejes los tacones o cierto tipo de lencería es porque le pone y punto no porque sea fetichista, por eso antes de catalogarnos como tal es importante conocer los términos.

 

Las prácticas más extendidas y confundidas con fetiches son:

  1. El dolor, la sumisión y la dominación: Toooodas nos hemos leído 50 sombras de Grey y hemos dicho oh si nena azotes y latigazos por qué no, bien es cierto que esta película no muestra este tipo de prácticas de una forma real y el consentimiento en estos casos es más que cuestionable por lo que no es un buen ejemplo a seguir. Pero si es verdad que el dolor, es un factor que ayuda muchísimo a la excitación, y si lo acompañamos con la sumisión o la dominación el juego ya está más que servido.
  2. Tacones o lencería: Hay muchas personas que con ver a su pareja subida a unos tacones de infarto ya se les pone eso más duro que el palo de un churrero, o simplemente con lencería sugerente (a nosotras también nos gusta verlos a ellos con una lencería sexy no solo es cosa de ellos), ya que son factores con un alto componente erótico.
  3. Excitarse con una parte del cuerpo: Hay gente que le pone mucho los pies de su pareja, besarlos, lamerlos, morderlos, que les masturben con ello, o cualquier otra parte del cuerpo, no a todos nos tiene porque gustar lo mismo, y si tu eres más de pies, de tetas, culos, manos, ¡Perfecto!
  4. Juego de roles: Esto es básicamente inventarse una situación, el policía que me detiene, el del gas que siempre me ha puesto un montón, o cambiar los papeles, hay gente que incluso juega con el hecho de fingir que son hermanos, primos, etc. Este tipo de cosas a la gente le cuesta mucho entenderlo, pero son solo FANTASIAS, es decir, yo sé que me estoy acostando con mi pareja y no con mi primo por ejemplo, simplemente que en mi mente me monto la peli que a mí me de la gana y esto hará que me ponga perraca a mil. Este juego es muy divertido y altamente excitante que lo sepáis.
  5. Lluvia dorada: Esto consiste en que un miembro de la pareja o ambos orinan encima del otro. Esto que para muchos es algo asqueroso, para otros es lo más de lo más.
  6. Pegging: Esta práctica consiste en que la chica se pone un arnés con un dildo o un vibrador, y es ella la que penetra al hombre. Es una práctica que está teniendo cada vez más popularidad, ya que el arnés si es doble (un vibrador o dildo interno) da placer a la mujer, y la estimulación anal para ellos es súper placentera debido a la estimulación de la próstata.

Esto no son fetichismos, simplemente son prácticas que se suelen catalogar mal y que la gente no las practica por miedo y desconocimiento.

Lo más importante de todas estas prácticas es que siempre haya CONSENTIMIENTO es decir, que a los dos os apetezca por igual, vamos esto tiene que pasar SIEMPRE que tengáis relaciones sexuales del tipo que sean, pero si vamos a empezar a añadir cosas nuevas, es muy importante hablarlo y dejar muy claro los limites, si no te sientes cómodo o quieres parar, es totalmente legítimo y estás en tu derecho, es importante tener la confianza necesaria con la otra persona para sentirte a gusto.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja [email protected]