Las discusiones en pareja son algo bastante frecuentes y nada fuera de lo normal, como psicóloga siempre he dicho que las parejas que no discuten son porque no se hablan directamente. Pero es cierto que muchas veces hay que ver con qué frecuencia se da, con qué motivos y sobre todo, como se resuelve esa discusión.

Si es verdad que, entrar a valorar que es lo normal o no, sería un error porque cada pareja es un mundo y tiene una forma de relacionarse, pero si es verdad que hay ciertos límites que no se pueden superar, por el desgaste que eso conlleva para la relación.

El problema de discutir mucho y muy frecuentemente con nuestra pareja y de forma acalorada, es que nos hace vivir una relación sumamente intensa, con muchos altibajos donde lo malo es muy malo y se lleva al extremo pero en muchas ocasiones vienen acompañados de reconciliaciones altamente intensas también, volviéndonos adictos a esta forma tan “pasional” y poco práctico de relacionarnos.

Los principales motivos por los que una pareja puede discutir suelen estar relacionados con:

  • Distintas formas y opiniones sobre la vida en general
  • Sacar situaciones y conflictos que no han sido superados en el pasado y es cuando aparece el “cajón de la mierda” que sale a relucir en cada ocasión
  • Personalidades o formas de ser muy dominantes donde prevalece el llevar la razón o quedar por encima del otro
  • Cuando somos personas muy distintas, al final los choques y los roces son casi inevitables.
  • Cuando uno coge el papel de líder e intenta imponerse sobre el otro
  • Mala comunicación en general, donde no se escucha al otro, no sabemos expresaros bien, etc.
  • Si uno de los dos o ambas partes están pasando por un mal momento que les produce un malestar o algún problema psicológicos en general.

Por lo que, si te encuentran en esta situación, es importante que te sientes a hablar tranquilamente, primero contigo misma y después con tu pareja, para ver donde puede estar el fallo en todo esto.

En una relación siempre va a haber conflictos y malentendidos, pero es importante abandonar en ocasiones el “yo” para entender también que quiere o que nos está pidiendo la otra persona y entender sus necesidades.

Es importante aprender a expresar las cosas que nos duelen, nos preocupan o que no nos han gustado, y para ello primero tenemos que procesarlo nosotros para dejar que la emoción se recoloque y después poder decírselo a la otra persona.

Ya que, si me encuentro en un estado emocional muy elevado me voy a dejar llevar por esos sentimientos y es posible que haga o diga cosas de las que posteriormente me arrepienta.

Y sobre todo hay que tener en cuenta ciertos límites que jamás se deberán pasar: como son los insultos, faltas de respeto, gritos, amenazas, cualquier acto violento, ya que esto será un claro indicador de que estamos dentro de una relación tóxica y será momento de tomar conciencia y decisiones al respecto.

Y si quieres que la comunicación con tu pareja sea efectiva:

  • Empatiza, entiende lo que te está diciendo o pidiendo y escucha
  • Escucha para entender, no para contestar
  • No te pongas a la defensiva, no nos estamos atacando, estamos dialogando
  • Paciencia, el objetivo de esto es que el conflicto se resuelva no tener razón o quedar por encima del otro
  • Date un tiempo fuera para calmarte si lo consideras necesario
  • NO sois enemigos, si no un equipo que busca solucionar un problema

Discutir es algo que formará siempre parte de vuestra relación, pero la forma en la que lo hagáis será determinante para que sea algo funcional o algo que os desgaste y os lleve a romper finalmente.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

correo: [email protected]   instagram:@aidavallesconsulta_