Sigo sin creer que haya criado a un terrorista. Mis hijos se llevan 8 años y el mayor este año no ha sido especialmente bueno, y menos desde que ha empezado el instituto.

Era agotador estar con él en el confinamiento haciendo deberes, pero estudiaba más y se portaba muchísimo mejor que desde que se junta con los amigos y se cree el rey del mambo.

Como podréis intuir, las notas no van a llegar bien este trimestre y llevo días diciéndole que se atenga a las consecuencias.

El otro día comiendo me sacó de mis casillas y le dije: si sigues con ese comportamiento, los reyes van a pasar por casa, pero no te van a dejar nada.

Es evidente que con su edad ya se sabe de sobra el tejemaneje que nos traemos los padres con los reyes magos, pero él no movió ni una pestaña mientras su hermana se quedó en shock. Ella es una niña que está deseando que vengan estas fechas para pasarlo en grande con sus regalos, pero le pareció raro que le diera igual porque para ella sería traumático.

Total, después de comer, estaba llenando el lavavajillas cuando vino por detrás mi querido primogénito y me dijo al oído: más te vale portarte bien por Reyes si no quieres que la nena se entere de la verdad.

Gélida me quedé. ¿Cómo es capaz de hacer eso? Pero ahí no queda la cosa, hay más.

Ayer estaban haciendo deberes y su hermana fue con un catálogo de juguetes y le dijo: Tete, ¿qué vas a pedir? Y el cabrón, porque no tiene otro nombre, soltó: lo más caro porque los Reyes te traen cosas que los papás no te comprarían nunca.

¿Encima? Su padre se ríe cuando se lo cuento, pero a mí me parece una manipulación total y absoluta para un niño de 13 años. Si estamos en estas ahora, ¿qué pasará cuando sea más mayor?

No dejo de pensar que igual he sido yo la que he tirado de recurso de madre de toda la vida al decir que si las notas no son como deberían, no habrá regalos, pero ¿qué hago? ¿Dejo que el señorito siga campando a sus anchas cuando sabe que puede dar más de sí y él hace el vago todo el día? Siempre me he reído de mis amigas cuando contaban los chantajes que sus hijos les hacían, pero este ha sido el primero para mí y el que más me ha dolido, porque el desgraciado no tiene ningún inconveniente en soltarlo todo por su boquita, así que ya veremos.

De momento, sigo plantada en mis quince de que, por mucho que pida cosas caras porque los Reyes son capaces de todo, no va a ver más que carbón y una nota que le diga: Tío, ya te vale.

 

Anónimo

 

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