Mis mellis duermen en su habitación desde los 7 meses. A esa edad ya eran muy grandes para compartir la cuna que tenía al lado de mi cama, y dos no me caben ni de casualidad. Así que a su cuarto que se fueron. Estuvieron en sus cunas hasta que aprendieron a escapar, y pasaron a camitas pequeñas. Lo normal, vamos.
Ahora mismo tienen tres años y medio y comparten cuarto. A veces duermen juntos en la misma cama, a veces cada uno en la suya. Pero siempre ahí. Además, nunca les hemos dormido en brazos. A la hora de dormir, los llevamos a la cama. Cuento, abrazos, besos y se duermen ellos solos sin problema.
Personalmente, no me gusta el colecho. Además, en una cama de 1,35 no cabríamos todos ni durmiendo de pie, pero esa es otra historia.
Menudo rollo que nos está soltando Andrea…estaréis pensando. Y quizá tenéis razón. Solo quería que entendierais como hacemos normalmente las cosas.
Resulta que, después de seguir esta rutina por más de tres años, ahora de repente no funciona. Mi hijo, por algún motivo, parece que le ha cogido miedo a su cama, y a su cuarto entero.
Al principio, solo era a la hora de dormir. Según subíamos las escaleras, empezaba a decir que a su cama no, que está llena de huevos. De huevos, tal cual. Los primeros días conseguimos convencerle de que se quedara durmiendo, o que se echara a la cama con su hermana si lo prefería. Eso si su hermana le deja. Porque cuando ella quiere todo va como la seda, pero el día que decide que no, no hay forma de convencerla.
No hay forma de meterle en la cama. Se pone a gritar como si le hubieran poseído diciendo que en su cuarto no, que hay muchos huevos. Que no es que llore, es que grita en modo pánico. Como si fuera una banshee, pues igual.
Si me lo llevo de vuelta al salón, se tumba en el sofá, o en mi cama, o en el carro y se queda frito en cuestión de segundos. Pero en cuanto le movemos vuelven los gritos. No sé si serán pesadillas que están yendo a más, pero empieza a ser desesperante. También he probado a tumbarme con él en la cama, pero los gritos por los huevos no cesan, y ni se duerme él, ni deja dormir a su hermana.
Ahora, no quiere ni entrar a la habitación.
Nuestra rutina por el día es normal: se despiertan, desayunan, y subimos al cuarto a elegir la ropa y a vestirse. Pues ni hablar de ir a su habitación. Según termina de desayunar empieza a pedirme que por favor elija yo su ropa que a su cuarto no puede entrar por los huevos.
Hemos intentado hablar con él, razonar, pedirle que nos enseñe los huevos, cambiar las sábanas y limpiar la habitación delante de él para que vea que no hay nada, hasta he comprado sábanas nuevas que ha elegido él por si acaso las viejas le daban reacción o algo. Pero nanai. No habla mucho todavía (estamos tratándole eso), así que no puede explicarme demasiado y termina frustrado.
De momento, llevo dos semanas durmiendo en el sofá con él. Si que es verdad que se duerme de inmediato, aunque estemos su padre y yo viendo la tele y no se despierta en toda la noche. Pero me gustaría poder dormir en mi cama de vez en cuando.
Solo espero que sea una fase y se acabe pronto. O que alguna de vosotras hayáis pasado por algo parecido y podáis darme ideas que pueda probar.
Mientras tanto, creo que le voy a pedir a Papá Noel un sofá cama y un peluche con la cara de mi marido para poder recordarle.
Andrea M.