ECHO DE MENOS A MI EX

Han pasado dos años desde que rompí con mi ex, y, en muchas ocasiones, siguen rondando por mi cabeza pensamientos de querer volver a estar con él.

No es que me hayan venido esas ideas últimamente por haberme acordado de él o algo así. Me lleva pasando desde que lo dejamos. Un par de veces al mes me pongo triste porque le echo de menos. De vez en cuando hablamos y sabemos qué tal está el otro, pero prefiero evitarlo porque me remueve muchas cosas. 

Estuvimos tres años juntos, y tuvimos una relación de mucha complicidad, mucha sinceridad y mucho amor. Era una relación tranquila, sana, en la que te sientes como en casa. Pero luego todo se torció. Conocí a otra persona de la que me enganché. Creí que era amor, y que lo que tenía con mi novio había cambiado. Sentí que nos distanciábamos, que ya no me entendía como antes, porque este nuevo falso amor sí que lo hacía.

Todo era una ilusión. Una ilusión que me cautivó. Dejé a mi novio por esta otra persona, y así empecé la relación más tóxica y turbia de mi vida, esa que pensé que jamás tendría. Conseguí salir de eso, superar muchos miedos e inseguridades, pero lo que nunca conseguí hacer es perdonarme haber tomado aquella decisión. 

Con el tiempo lo fui aceptando, y aprendí a vivir con ello. Pero ha pasado mucho tiempo, y sigo echándole de menos. Supongo que cuando has compartido tantas cosas con alguien bueno, con quien has construido una vida y un hogar, es difícil de olvidar.

mi ex

Ahora busco encontrar a alguien con quien tener eso de nuevo, pero siento que ya perdí mi oportunidad. Tengo la sensación de que, venga quien venga después, nadie me va a llenar tanto como lo hizo él. Que nadie va a entenderme tan bien, a ser mi cómplice, mi mejor amigo, como mi ex lo fue.

Ya no busco la pasión ni la aventura, porque he aprendido que eso te lo puede dar cualquiera cuando empiezas una relación. Lo difícil es mantener el afecto y el cariño durante un tiempo largo, y eso lo había conseguido con él. 

Supongo que tengo lo que merezco, fue mi decisión, él rehízo su vida, y ahora tenemos formas de vivir y de querer muy diferentes. Quizás se hubiera acabado igualmente, más tarde o más temprano. Eso quiero pensar.

Pero me gustaría volver al pasado y volver a sentirme como en casa entre sus brazos, a tener nuestras rutinas, a escuchar su risa y tocar su piel, a los abrazos mañaneros y los paseos de domingo al sol.

A veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero yo sí que lo sabía, y aun así, lo perdí igual.

 

LOVELY RITA