Megan Fox concedía hace unos días una entrevista a la revista Instyle donde se emocionaba hablando de cómo su hijo Noah sufre bullying por las redes debido a su forma de vestir. Noah tiene 8 años y le gusta ponerse vestidos. Ése es el gran drama.

«A veces, se viste solo y a veces le gusta usar vestidos», dijo Fox en ese momento. «Y lo envío a una escuela hippy realmente liberal, pero aún así, aquí en California, todavía hay compañeros de clase que le dicen «Los niños no usan vestidos» o «Los niños no usan rosa'».

«Se puso uno hace dos días para ir al colegio, y llegó a casa y le dije: «¿Qué tal el día? ¿Algún amigo de la escuela te dijo algo por el vestido? Y me dijo: «Bueno, todos los chicos se rieron cuando entré, pero no me importa. Me encantan los vestidos».

Tras las declaraciones, las redes se llenaron de comentarios ofensivos e hirientes en contra del hijo de Megan Fox y contra ella misma por permitir los hábitos de su hijo, haciéndola responsable de que Noah sufra bullying.

Que un niño critique o se ría de algo que no entiende, suena hasta lógico. Pero cuando somos los adultos los que condenamos las acciones de un niño, deberíamos pararnos a reflexionar si estamos haciendo del mundo un lugar seguro.

Recordemos que no hace muchos años las mujeres lucharon por poder llevar pantalones y hoy en día es una prenda más que generalizada, pero supuso el rechazo de toda una sociedad tiempo atrás. Cuando se requiere de empatía, cuando hay que salirse del camino de la normalidad, las mentes cerradas se rebelan contra todo aquello que se sale de su zona de confort y entendimiento. Que el niño no se está drogando. Se pone vestidos. Criticar que una madre dé libertad a cómo sus hijos quieran vestirse es no ser conscientes del mundo en el que vivimos e implica justificar y participar del bullying.

Yo personalmente desconozco si detrás de Noah se esconde un niño trans, pero sea o no el caso, pensad que ese niño podría haber sido vuestro hijo o vosotros mismos y bajo ningún concepto hubieseis querido que ese niño sufriese. Pensad que detrás de las pantallas hay personas. Personas que ya tienen una vida suficientemente difícil como para tener que estar recibiendo acoso constante en redes. Seamos un poco humanos y tratemos la diferencia con normalidad. Una cosa es no saber comprender, y otra humillar a personas o poner en duda sus derechos. Sobre todo si es un menor.

@LuciaLodermann