Desde el principio de conocer a este ser debí haberme dado cuenta de que la imagen que me había mostrado y que proyectaba al mundo era impostada y no podía ser real, pero caí totalmente en su redes…

Y es que desde el primer momento era bastante inverosímil lo que contaba. Ahora me es evidente que era un  mitómano o mentiroso compulsivo que ni siquiera se esforzaba en currarse sus mentiras las cuales, además, cada vez eran más fantasiosas y sofisticadas.

Pero yo, inocente (TONTA) de mí, creía que nadie en su sano juicio sería capaz de inventar tantas cosas y sobre todo tan rocambolescas.

Si toda su vida era tan disparatada, ¡tenía que ser verdad!

(TONTA, TONTA Y TONTA)

 

 

Ese chico tenía un pasado apasionante. Había estado en cualquier sitio que tú le dijeras que habías visitado, había vivido cualquier experiencia que uno hubiera experimentado, a él le pasaba todo lo que a cualquiera le hubiera sucedido antes.

Cuando yo tenía un problema, él me aconsejaba, cual ilustre maestro, basándose en alguna antigua experiencia en la que le había ocurrido lo mismo (o algo peor, normalmente) y además de la forma más surrealista posible.

Si lo que compartía con él era una alegría, esta quedaba ninguneada porque su batallita o hazaña había sido un millón de veces mayor y más importante que la mía.

Además, claro, él tenía sus propios problemas. Por ejemplo, cuando llevábamos un tiempo de relación me comentó que estaba enfermo, que tenía algo muy grave y excepcionalmente raro en el corazón, y lo solía utilizar para darme pena o hacerme chantaje emocional en los momentos que más le interesaban:

 

enfermedad exagerar

 

Según él, los médicos que llevaban su caso (los mejores del mundo) le habían dicho que lo más importante para su condición era que “evitara el estrés”. Cualquier mínima discusión o disgusto podría hacer que acabara en la tumba.

Así, conseguía manipularme cuando nos enfadábamos. En varias ocasiones, fingió tener un ataque cardíaco e incluso desmayarse mientras discutíamos, pero siempre despertaba como por arte de magia cada vez que yo cogía el teléfono, alarmada, para llamar al 112.

Entonces, me pedía que no llamara. Decía que mientras estuviese consciente él sabía cuándo estaba controlado y cuándo sería necesario acudir al hospital.

 

 

Bastante tiempo después, tras escamarme de que todo fuese tan ambiguo, descubrí que aquello no era cierto y que en ningún parte médico aparecía tal dolencia.

Decía que viajaba continuamente a EEUU, donde se había criado y residía su familia, y visitaba al equipo médico que llevaba su caso y le aplicaban distintos y carísimos tratamientos.

Hacía escalas y paradas, de camino o a la vuelta, para aprovechar y visitar distintos puntos del mundo donde tenía negocios, amigos, contactos.  Colgaba fotos de muchos de sus viajes en IG y me mandaba tantas otras a mí.

 

avión

 

Cuando todo se desmontó, descubrí que sacaba fotos de páginas de hoteles y otros sitios, y las recortaba, retocaba y eran las que ponía en las redes sociales… Siempre me he preguntado dónde estaría realmente durante todos esos días que se suponía que viajaba, ¿escondido en su casa?

También contaba otras historias disparatadas de todo tipo, y especialmente le encantaba inventar anécdotas con las celebridades. Me explicó que su padre había sido productor de cine y que, por ello, el había vivido durante toda su infancia entre Miami y Hollywood, criándose entre las más grandes celebridades que acudían constantemente a comer a su casa y eran como de su familia.

A veces, recibía llamadas telefónicas desde el extranjero y se alejaba hablando en inglés para luego contarme que las llamadas provenían de personajes de la talla de John Travolta, Bruce Willis o Mick Jagger, entre muchos otros. En alguna ocasión, llegó a ponerme supuestos audios, super cariñosos, dirigidos a él.

 

Mira, mira: ahora me acaba de escribir el Papa…

 

Tenía especial predicción por Julia Roberts, de la cual alardeaba de haber estado siempre enamorado y a la que llamaba cariñosamente tita Julie

Me llegó a mostrar fotografías con ella, de niño y también más crecidito. Realmente parecía que se hubiese criado prácticamente con ella de tanto material que había.

(Muchos años más tarde, ya con la tecnología que tenemos a nuestro alcance hoy en día, se me ocurrió buscar alguna de esas imágenes en internet, y descubrí que también era de ahí de dónde las había sacado y montado -eso sí, magistralmente- añadiendo siempre su figura a la de la actriz).

 

Chica asustada al ordenador

 

Me di cuenta POR FIN, de que no había rastro por ninguna parte de esas experiencias, y no solo con las personas famosas sino con su propia familia, de la que había presumido por activa y por pasiva pero de la que nunca hubo rastro por ningún sitio ni yo los conocía.

Supuestamente, seguían viviendo en EEUU y los llamaba un par de veces al año, casualmente normalmente cuando yo no estaba cerca. Parecía muy interesado en que yo nunca tuviera contacto con ellos.

Pero con el tiempo supe que seguían viviendo en su pueblo andaluz de toda la vida y entendí que nunca supe mucho de ellos porque no estaban precisamente orgullosos de él…

 

 

Pero sus embustes más patéticos, si cabe, era sobre su supuesto éxito con las mujeres.  Presumía de que había estado con muchísimas, incontables, porque prácticamente todas se lanzaban a sus brazos.  Supongo que, con eso, además de seguir dándose importancia, pretendía generarme inseguridades (y lo conseguía).

Entre todas esas chicas, contaba que “el mejor polvo de toda su vida” había sido con una profesora que tuvo en el instituto, una madurita de anuncio que fue precisamente la que lo desvirgó y cuya relación fue secreta porque lógicamente no estaba dentro de lo correcto. Pero, claro, es que ella no había sido capaz de resistirse a sus encantos…

 

 

Todos estos son solo algunos de los ejemplos más llamativos de lo que era el día a día con este hombre, pero podría poner infinitos ya que sus mentiras eran constantes y relacionadas casi con cualquier cosa.

Aunque al principio no me daba cuenta en absoluto, en cuanto desperté y al final de la relación empecé a tirar del hilo, se fueron desmontando todas poco a poco una tras otra, como una hilera de fichas de dominó que no tarda en ser derribada.

Me quedé horrorizada y la verdad es que también traumatizada al ser consciente del desconocido con el que estaba compartiendo mi vida, y me pareció tan peligroso e impredecible su comportamiento que le dejé sin darle explicaciones y bloqueándole de todas partes para que no pudiera volver a liarme…