El ocaso del mono que arañaba la pared ha sido el primero de esos libros de verano que se leen incluso antes y después de que sea verano.

A Sara Sálamo la conocí hace años en la serie B&B, después la vi en otros proyectos y comencé a seguirla en redes sociales. Es en éstas últimas donde Sara muestra su lado más personal y ejerce, quiera o no, de altavoz de algunos movimientos o causas porque ella es de esas, benditas ellas, que no pueden morderse la lengua y permanecer a un lado.

Sara es una de esas chicas que te caen bien desde el otro lado de la pantalla, con la que sabes que no tendrías problemas en ir a tomarte unas cañas, es de esas personas que irradia verdad desde sus fotos y, en parte, por esto, algo me decía que su primera novela me iba a gustar.

Terminar de leer un libro es algo que siempre me deja un vacío, un ¿y ahora qué?, un golpe de adiós, pero he de decir que si las últimas páginas se leen a orillas del Cantábrico, con el sonido de las olas de fondo, ese adiós es más un hasta luego.

La primera novela de Sara, permítanme la confianza, El ocaso del mono que arañaba la pared, es una novela fresca y ágil. Parece al principio que será uno de esos libros de lectura fácil en los que a los pocos capítulos leídos, puedes intuir y adivinar lo que ocurrirá en los próximos e incluso atreverse a creer que sabes el final. Pero no. Nada más lejos de la realidad de la lectura.

Basta un puñado de páginas para sorprenderte a ti misma volviendo a releer algunos párrafos para ver si lo has leído bien. Y sí, lo habías leído bien. El argumento no deja de sorprenderte página tras página y entre líneas descubrirás algunos giros que quizás no entiendas pero tranquila, todas las letras vuelven a ponerse en su sitio. O casi.

La vida de Pilar, digna de contar su historia, hará que no quieras ponerte en sus zapatos muchas veces aunque terminarás empatizando, y mucho, con ella. Odiarás a Marco, y a su madre, querrás a Puma y te sorprenderás riéndote aunque no debieras por culpa de un tenedor.

La vida de esta escritora atascada en esa temible página en blanco, te hará reconocer alguna situación de esta sociedad que nos rodea e incluso replantearte cosas. Te hará pensar. Y esos son los buenos libros, los que te hacen pensar. Hará que veas cosas desde fuera, que te plantees qué harías tú en ciertas situaciones aunque tengas claro que es casi seguro que nunca te veas en esa situación en tu vida.

A veces, solo hace falta un comentario para provocar un terremoto y te pille en medio, por mucho que hayas corrido a intentar resguardarte.

Y el final, el final te hace exclamar un por fin y a la vez un ¿pero qué ha pasado aquí? Y que pases de nuevo la última hoja por si hay algo más detrás, aunque ya hayas visto que no.

 

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