En Weloversize estamos locas por las series, especialmente aquellas que representan la diversidad morfológica o lo que es lo mismo en castellano, protagonistas con cuerpos que te puedes encontrar en la calle y no solo en una pasarela de Victoria Secret. Si estas tías con sus cuerpos y estéticas normales (ya queda muy lejos la típica actriz de telenovela que se levanta con tres capas de maquillaje perfecto e inamovible y unas ondas al agua de escándalo) tienen sus líos con machirulos con la misma normalidad ( y en esa normalidad se encuentran unos cuantos anormales), ya nos tienen ganadas; ¿ o es que no estamos crazies por leer el próximo follodrama weloversize?

 

Girls

Una de nuestras series más adoradas. Lena Dunham creó y protagonizó esta pedazo de serie a la que aún echamos de menos. No sabemos quién nos gusta más, si Lena o su personaje Hanna, pero es difícil elegir porque la señorita Dunham mete mucho rollo biográfico en la serie y así se debe ahorrar una pasta en terapia ya que cataliza sus emociones en todo lo que toca; sea peli o serie.

A veces Hanna quizás vaya un poco más allá de lo que lo hace Lena, que parece parodiarse a sí misma. Sea como fuere nos encanta su falta de complejos, sus locos estilismos y que sea una Drama Queen nos enterce (¿quién no ha hecho chorreras de rimmel por una máxima estupidez?). Ella, la más volátil, además es el pegamento que une al grupo de amigas que, como en la vida real e imperfecta, tiene sus idas y venidas. Cada una con sus movidas, relaciones tóxicas, enganches sexuales, tropiezos con Peter Panes de la vida… Nos pusieron el sexo anal en pantalla y la cagada a puerta abierta en pareja y fue cuando dijimos: Chapó Girls.

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My Mad Fat Diary

Una serie sencilla y sin florituras (no tiene una gran fotografía, ni localizaciones, pero nos mola tal cual es) que nos tocó la patata. Basada en el libro de Rae Earl “My Mad, Fat Teenage Diary” y con la misma como protagonista, viajamos a 1996 donde Rae era una teenager con sus problemas de teenager. Sus complejos y miedos nos resultan familiares a más no poder, su incapacidad de aceptar que un guapísimo Finn pudiera sentirse atraído nos mete el dedito en la llaga y nos recuerda las lágrimas derramadas en los mismos años cuando aún no habíamos aprendido a aceptarnos y sobre todo a querernos. Toca varios palos de trastornos alimenticios: ella con el Trastorno por atracón, su amiga que muere de anorexía, la madre una esclava de las dietas… Morimos de amor cuando ella empieza a ser consciente del daño que se hace y se va superando y fortaleciendo; y la damos un fuerte aplauso porque al fin y al cabo nos lo estamos dando a nosotras mismas.

 

Sexo en Nueva York

Otra de nuestras favoritas es Sex and the City, aunque como ya dijimos anteriormente, nos hubiera gustado una Samantha curvy la serie hubiera sido redondísima (como los donuts que nos hubiera encantado verla comer en el cimbel de algún broker de Manhattan).

Sex and the City nos recuerda un poco a nosotras mismas, escribiendo del amor, del sexo, examinando a los hombres con lupa e identificando perfiles pero al final con una vida sentimental un poco desastrosa a veces. Es que Carrie, cariño, Big ha sido una constante en las 6 temporadas y 2 películas, rompiéndote el corazón sin parar. ¡No hay espíritu que aguante eso!

 

 ¿Conoces otras series que sean muy Weloversize? Cuéntanoslo, ¡estamos deseando engancharnos!