Ayer arreglando mi habitación para meter unos zapatos nuevos, me di cuenta de que ya tengo demasiados (50 pares). Quizá no sean muchos para algunas personas, pero para mí que podría sobrevivir con un par de tenis, creo que he ido demasiado lejos.  

Para que me comprendan tendría que explicarles por qué tengo esta obsesión enfermiza por comprar zapatos, pues bien, compro zapatos porque no es ropa, así de simple.  

Siempre puedes estar fashion (de los pies), puedes mandar hormarlos, puedes ponerles plantillas, puedes usar tenis cuando el mundo te abandona y todo lo demás falla. 

Un día vi un anuncio de zapatos que adelgazaban, porque supuestamente el  diseño estilizaba la figura y corregía la postura de la espalda provocando el efecto visual de haber adelgazado un par de kilos. Y pensé ¿Por qué Señor? ¿Por qué los gordos somos presa fácil de este tipo de anuncios? ¿Será acaso la desesperación, el terror y la paranoia de ser gordos? 

 

Pero lo que me gustaría recalcar aquí, es la necesidad del gordo promedio a comprar cosas lindas para suplir la falta de ropa XL, cualquier cosa que no nos detenga en talla. No sé, hay tanto campo en la psiquiatría para el estudio de los gordos que quizá hasta podría hacer una tesis doctoral.  

En mis más sombríos momentos de depresión, después de haber visitado un probador y con las esperanzas y sueños rotos, paso de pronto frente a las ofertas de zapatos y vuelve la sonrisa a mi rostro, corro a buscar zapatos en mi número, porque seguro los hay.  Y entonces cuando alguien me pregunta ¿Por qué compras tantos zapatos si no te los pones? yo contesto: porque soy gorda.  ¿Alguna otra pregunta?  

                 

 Minerva Santana