Un poquito harta de los tabúes, de esconderme, de avergonzarme por ser yo quien lleva la batuta en mi relación, sobretodo en el terreno sexual. Soy una mujer muy activa, me encanta el sexo, me encanta mandar y mi chico es todo lo contrario. También disfruta del sexo, pero él prefiere dejarse llevar y que sea yo quien tenga los mandos de la nave. Vamos, que en mi relación la empotradora soy yo y tan a gusto.

Al principio teníamos un sexo más bien básico, siempre yo llevando la iniciativa, pero no hacíamos nada fuera de lo común. Misionero, cuatro patas, yo encima… lo normal. Yo lo movía y me movía, para arriba, para abajo, para un lado, para el otro… Tan estupendos gozando los dos cada uno con su rol.

La relación avanzó y con ella el sexo, investigamos, probamos, nos comunicamos… Empezamos a probar con el sexo anal en ambas direcciones y la verdad que los dos lo gozamos de lo lindo, a mí me gusta que me den por culo y resulta que a él también. Empezamos con un dedito, luego un plug y finalmente nos compramos un arnés con p… de plástico para darle duro contra el muro. 

En mi relación la empotradora soy yo y tan a gusto
En mi relación la empotradora soy yo y tan a gusto

Pues sinceramente es lo que más nos gusta y con lo que más disfrutamos en el sexo, yo me pongo el arnés, lo pongo a cuatro patas y nos lo gozamos, además también me pone un montón que la chupe para luego metérsela. Cada vez que he soltado algo remotamente fiel a la verdad todo mi círculo social se ha escandalizado, saben poco más que que le meto algún dedo juguetón de vez en cuando.

Estoy un poco cansada de los tabúes, de la educación que nos ha enseñado el porno, de que en cuanto te sales un poquito de la normatividad ya eres una viciosa, ya tienes algún problema o tu  novio ya no es suficiente. Mi novio es menos hombre porque le guste meterse cosas por el culo, mi novio no es menos masculino porque nos follemos mutuamente, mi novio no es maricón porque le guste el sexo anal. 

Ya está bien de tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado, entendamos que no todo el mundo vive el sexo igual y que es igualmente válido. El sexo es sexo, siempre que sea consentido es bien. 

Foto de Adam Kontor en Pexels