La vida y las situaciones van cambiando a lo largo de los años, y es síntoma de evolución y por tanto son totalmente necesarios. El problema viene cuando, o no nos adaptamos a ese cambio o si pensamos que este significa cosas que no lo son.

Las relaciones, como cualquier cosa, también pasa por diferentes puntos con el paso del tiempo, y cada una de ella es necesaria.

La esencia o la gracia de esto es entender que como estoy viviendo mi relación en este momento es así por una serie de factores, y que con el tiempo la cosa cambiará, pero esto no quiere decir que vaya a peor ni mucho menos.

Saber que algo tiene caducidad o que finalmente cambiará en algún momento también hace que sea más especial, precisamente porque irá cambiando y por tanto, lo que hoy es tan especial, mañana cambiará y me obligará a seguir buscando que más hay o que más necesito.

Lo más frecuente que me encuentro en consulta, son parejas que dicen quererse pero que ya no están “enamoradas” porque ya no sienten lo mimo que sentían antes, y por tanto es momento de romper la relación.

Esto ocurre porque el amor y el enamoramiento tienen diferentes fases y etapas, y que se van quemando para dejar pasó a las siguientes, pero por ello no quiere decir que ya no queramos a nuestra pareja ni mucho menos.

En muchos casos las parejas rompen para buscar esas nuevas e intensas sensaciones que su anterior pareja le hacían sentir, pero con el paso del tiempo se dan cuenta que esa nueva pareja también se ha trasformado en lo que tenía antes, pero ¿Cómo es posible?

Pues bien, aquí te describo las fases por las que cada pareja atravesará en algún momento, para que nos ayude más a entenderlas.

1º Fase: Fase de enamoramiento y/o lujuria

Esta primera fase es sin duda la más fácil y la que más se disfruta, ya que, al ser tan intensa, es por lo general la que más se echa de menos y la que lleva a querer buscarla en otras personas.

Esta fase se compone del principio de la relación, donde ambos se están conociendo, y todo lo que dice o hace la otra persona es perfecto.

Nuestro querido cerebro aprovecha para literalmente drogarnos, segregando grandes cantidades de dopamina, oxitocina y de serotonina. Las cuáles son los responsables del placer, las emociones y el estado de ánimo.

Junto con otras muchas más hormonas y neurotransmisores, nuestro cerebro nos hace envolver en una especie de nebulosa de amor a nuestra pareja, donde solo vemos lo bueno y por supuesto nuestro deseo sexual se encuentra por las nubes.

Es en este momento cuando más relaciones sexuales se tienen. Se trata de ese bonito momento donde estáis todo el día (o por lo menos cuando se puede) enganchados como perretes en celo dándolo todo.

Pero por nuestra salud física y si me apuras mental, nuestro cuerpo empieza a estabilizarse, y es cuando los niveles de neurotransmisores decae un poco. El deseo sexual disminuye y es cuando podemos empezar a ver más en perspectiva a nuestra pareja.

Esta fase suele durar entre 6 meses y uno año más o menos, pero puede variar dependiendo de la pareja.

2º Fase: Amor romántico, importancia de la confianza

Una vez pasado el fervor sexual, empiezan a aparecer otros componentes más importantes en nuestra relación, como es la creación de una relación y unos lazos de confianza y seguridad.

Es en esta fase cuando aparece la preocupación por el otro, miramos por su bienestar, nos importa todo lo que le ocurra y procuramos que se encuentre bien y feliz.

También es el momento de conocerse más, ya no dedicamos tanto tiempo a decirnos todo lo que nos haríamos, si no que, las conversaciones se basan más en sentimientos más profundos, para conocer la compatibilidad real con la otra persona.

En esta fase es muy frecuente que aparezcan las primeras crisis importantes, ya estamos conociendo mejor a la otra persona, vemos si podemos o no confiar en ella, si me siento a gusto y tranquilo o si tenemos más cosas en común.

Si se consigue superar este primer momento de crisis, quiere decir que la relación no solo es fuerte, si no que los lazos del amor y la confianza son verdaderos.

Esta fase suele aparecer entre los 2 o 5 años.

3º Fase: Amor maduro, compromiso y lealtad

Es aquí cuando ya tenemos asentadas las bases de un amor de verdad, y es cuando tenemos un compromiso real y leal con la otra persona.

Se trata del momento en el que más confiamos en la otra persona, y donde se toman decisiones más racionales, por ejemplo, es el mejor momento para decidir tener hijos y cosas del estilo.

Se produce una valoración más profunda de la otra persona y la unión que se da entre ambos está más determinada por esta y no se deja llevar tanto por la parte emocional y agitada del principio.

En esta fase el sexo también aparece, lo único que hay que hacer es trabajarlo más y entender que no aparecerá con la misma frecuencia, o que irá por rachas pero esto es perfectamente normal.

Cuando entendemos que el amor cambia y evoluciona, dejamos de tenerle miedo a perder esas “sensaciones tan intensas” del principio, porque siguen ahí, solo que de forma diferente.

 

 

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

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