Siempre quise ser locutora de radio y ese sueño se lo debo programas que enganchaban, con historias reales con las que me sentía identificada. En la actualidad la radio ya no se lleva tanto. La mayoría de las cadenas ponen música sin interrupciones y solo suelen haber programas matinales con noticias, humor y alguna curiosidad que otra.

En mis tiempos mozos había franjas horarias dedicadas a programas de novedades musicales, cultura, entrevistas y otros temas necesarios para una adolescente como el sexo.

A finales de los noventa lo más top era irse pronto a la cama, ponerse el walkman en los 40 principales y escuchar de 22 a 0h un programa de radio donde la gente llamaba y hablaba abiertamente de sexo.

Yo tendría unos 14 años cuando lo escuchaba y me parecía interesante que la locutora tratara con tanta naturalidad todas esas experiencias, dudas y curiosidades que los oyentes hacían tímidamente, ya fuera por correo o por teléfono. Me siento mayor al pensar que en aquella época solo existían los SMS y los correos electrónicos, pero la mayoría de gente enviada cartas escritas a mano o llamaban intentando modular su voz para que no le reconociesen.

Lorena Berdún, periodista, actriz y sexóloga, era esa voz que nos cautivaba a todos y nos hacía aprender que sentir deseos no estaba mal, que explorar nuestro propio cuerpo era algo necesario y que es mejor consultar dudas sobre lo que hacemos en la cama antes de meter la pata.

Recuerdo algunas consultas ridículas que me parecían surrealistas; la mayoría estaban relacionadas con fluidos y sus efectos secundarios: “¿El semen engorda? Es que soy modelo y no puedo alterar mi peso” “Si me lo trago, ¿me quedaré embarazada?”

Ahora vamos de guais y sabemos todo eso, pero en su día era inquietante saber si esas chicas se habían metido en un lío gordo por inconscientes o si lo que les había pasado era solo una anécdota que recordar de por vida.

Este programa estuvo en nuestras vidas hasta 2002. Dos años más tarde, se hizo un programa de televisión dirigido también por la misma voz, aunque ya incluía su imagen. Intentó mantener su esencia y su magia, pero un año más tarde dejó de emitirse.

Necesitamos educación sexual en la actualidad, pero lo que nos hace más falta es normalizar y naturalizar que tenemos dudas sobre el sexo, que nos interesa saber cómo dar placer sin hacer daño y que no pasa nada si no te gusta lo que al resto del mundo sí.

Sé que parece una estupidez, pero me da sensación de que hemos involucionado. Por una parte, hay colectivos, como los LGTBIQ que son más visibles y se han normalizado gracias a redes sociales, pero para todos aquellos adolescentes que no tienen dudas al respecto, ¿dónde las consultan? ¡Así está el foro de esta web como está!

Si por mí fuera, volvería este programa a la carga, porque si algo es indiscutible era los buenos ratos que pasaba riéndome de situaciones que pensaba que nunca iba a vivir y ahora veo que yo tendría que haber sido una de esas que llamara pidiendo auxilio.