2021 acabó fatal. Bueno, para ser sincera 2021 fue un año de mierda de principio a fin. En mayo mi novio y yo lo dejamos porque descubrí que nuestros problemas de cama no eran por su falta de libido, sino porque se follaba a una compañera de curro. Pensé que el karma me debía una, y empecé a salir más de fiesta en busca del tío perfecto. No quería al amor de mi vida, sólo pasar un buen rato. Vamos, que yo era como Pollicienta buscando el nabo ideal. QUÉ TÍOS CONOCÍ, DE VERDAD OS LO DIGO -y no precisamente en el buen sentido-.

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Hablemos de mis ligues detenidamente.

Está Christian, el tío de Valladolid amigo de un amigo que se corrió en dos embestidas pero que fue contando a todo el mundo que me echó un polvazo aunque yo era una estrella de mar. NEXT.

Está Luis, el que parecía majo pero tenía un corcho en la habitación con fotos de Franco en plan quinceañera fan de los Backstreet Boys. NEXT.

Está Mario, el que me metió el pulgar por el culo sin avisar. Fue como cuando te entra antojo de Nutella y metes todo el dedazo de golpe con ansia. Nope. NEXT.

Está Javi, el que soltó un comentario tremendamente machista nada más conocernos. NEXT.

Está Lucas, el chaval más simpático del mundo hasta que empezó a meterse unas rayitas en mi mesa de IKEA. Por lo menos me ofreció. Yonki pero generoso. No os preocupéis, dije que no. NEXT.

Está Pablo, que se enfadó cuando pedí una hamburguesa en el restaurante y empezó a darme consejos sobre realfooding y a decirme que necesitaba perder un par de kilos por salud. NEXT.

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En resumen, que he conocido a unos cuantos capullos y muchos me los dejo en el tintero. Por eso cuando me tomé las 12 uvas pedí un único deseo: enrollarme con tíos medianamente decentes. Hasta me puse un tanga rojo para atraer la buena suerte.

Pues tías, estamos en febrero y ya he vuelto a tener un fail romántico con nada más y nada menos que mi ex. Me meto en Tinder tan tranquila y me sale un tío buenorrísimo con una biografía de lo más interesante. Empezamos a hablar y nuestros gustos eran idénticos. Le gustaban mis películas, músicos, series y libros favoritos. Era como si me conociese de toda la vida, así que decidimos quedar. Pues resulta que era mi ex.

Me dijo que se arrepentía de haberme engañado y que como sabía que yo no quería verle ni en pintura, se creó un perfil falso.

Viendo que quedan unos días para San Valentín yo lo tengo claro, este año mi cita será con la alcachofa de la ducha. El orgasmo está asegurado y así me ahorro dramas, comentarios fuera de lugar, fotos de Franco y dedos en el culo sin previo aviso.