Este año he hecho una de las cosas más difíciles que he hecho nunca: dejar a la persona que más quería. Hasta entonces, en todas mis relaciones había sido yo la dejada y, cuando escuchaba eso de que cortar con alguien es muy difícil, me ponía de los nervios. Pero ahora lo sé.

Dar el paso es como lanzarte en paracaídas: confías en que todo vaya bien, pero… ¿y si te has equivocado y acabas estampada en el suelo?

Después de muchos meses confiando en que dejaría las drogas, la situación llegó al límite y me di cuenta de que no cambiaría por mí. Me puse a mí por delante, deseché la idea del amor romántico y me planté. Ahora, él está rehabilitándose, medicado con no sé cuántas pastillas y pasándolo muy mal.

suicidio

Llevaba años consumiendo y el proceso está siendo muy duro. Ha tenido que cortar relaciones con personas del mundo de la droga, volver a vivir con sus padres, hacerse análisis constantemente… y se suma que yo lo dejé, claro.

Por fin he conseguido no sentirme culpable después de mucha terapia. Él siempre ha sido una persona infeliz y herida, estando o no conmigo. Pero lo que sí me da mucho miedo es que intente quitarse de en medio.

Tengo pesadillas recurrentes con eso y me despierto con mucha ansiedad. Me imagino la vida sin que él exista, sabiendo que ya no lo voy a volver a ver NUNCA, y me dan ataques de pánico. En el fondo, una parte de mí espera que se cure y que podamos volver a estar juntos, pero él, en su situación, no tiene espacio para la esperanza o los planes de futuro, tan ahogado como está en las visitas al psiquiatra y los tests psicológicos.

Desde que era adolescente, el sentido de su vida habían sido la fiestas y las drogas. Esa era la única actividad con la que disfrutaba al 100% y su cuerpo fue pidiéndole más. Pasaba de episodios de euforia a episodios depresivos constantemente. Podía estar de fiesta tres o cuatro días seguidos, y estar en la cama otros tantos sin coger el teléfono, sin ir a trabajar ni escribir a nadie.

Ahora, sin drogas y aunque suene triste, le estará costando encontrar el sentido de la vida.

suicidio

Hace tiempo, en una fiesta me preguntó si yo había intentado suicidarme alguna vez. Espantada, le dije que no. “Pfff… ¡Es súper difícil!”, me dijo, medio en risas. Desde bien pequeño ha ido a psicólogos y psiquiatras, en su cabeza hay algo que no encaja, y me creo que alguna vez intentara dejarlo todo.

Cuando le escribo, me da miedo ser demasiado cariñosa por si se entristece. Me da miedo ser distante por si se entristece. Me da miedo no escribirle por si se entristece y me da miedo escribirle por la misma razón. Temo recibir una llamada cualquier día con la noticia fatal.

¿Y si vuelve a hacerlo? ¿Y si lo consigue? ¿Qué puedo hacer para evitarlo? ¿Debo prepararme por si sucede? Y sobre todo, ¿se curará algún día?