Vale, lo admito. Lo de los vibradores, estimuladores de clítoris y juguetes sexuales nunca ha sido lo mío. Digamos que, a pesar de ser una mujer moderna y abierta de mente, cuando se trata de abrirme en otros aspectos soy más bien conservadora. Quizá por eso (y por no haber dado con Nachos Vidales de la vida, precisamente), mi fe en el orgasmo pasaba por un mal momento.

Había perdido la ilusión y las ganas, y ya casi no recordaba lo que era ese calambre magnífico que te llega del clítoris hasta la punta del dedo gordo del pie. Alguna vez me he restregado con un cojín como si fuera un perro, pero nada que no hiciera ya a los once años.

Así de triste era mi vida orgásmica hasta que llegó a mi poder un cachivache que no sólo tiene un diseño precioso que te transporta a los campos de tulipanes holandeses, sino que me ha regalado el mayor disfrute clitoriano en muchos años.

Se llama Bloom. Y no, no es Orlando, pero seguro que tengo mejores orgasmos que Katy Perry.

Como explican en la web de easytoys.es (mi favorita del mundo mundial), este estimulador de clítoris ultrasónico de alta frecuencia está diseñado para alcanzar rápidamente el clímax. Os lo digo en cristiano: ¿Que tenéis una videollamada de trabajo en diez minutos que os da bajona? Sin problema: tienes tiempo suficiente para alcanzar el/los orgasmo/s con esta maravillosa florecilla.

Después de cargarlo para que no se me apagara en el momento más álgido, procedí a meterme en la cama y pulsar el botoncito que hay escondido entre los pétalos. Y aquí se hizo la magia. Ni más ni menos que SIETE MODOS DE VIBRACIÓN, a cada cual más divertido. Que alguien me diga qué tío sabe chupar de siete maneras diferentes.

Las distintas velocidades y ritmos me sonaban a sinfonía celestial. Finalmente, opté por uno que alternaba vibraciones cortas con una más larga, y me sentí como cuando vas subiendo la pendiente de una montaña rusa y sabes que ya llega la caída y el cuerpo se te remueve entero (pero mejor). Y si tienes poco tiempo, la vibración continua ultrarrápida es una apuesta segura.

Y he aquí lo mejor: este tulipán motorizado caído del cielo viene con dos cabezales intercambiables. Uno, en forma de pinza, es para estimularte suavemente los pezones (ideal para juegos en pareja) y otro, con una pequeña bolita en la punta, os prometo que llega a cualquier rincón del clítoris, puede que a rincones que nadie os haya tocado nunca. Ay, me pongo cachonda sólo de escribirlo.

Pero lo más flipante es introducir suavemente en la vagina el rabito del tulipán sin ningún cabezal. Creo que solo me he metido un vibrador en toda mi vida, pero no podía dejar de probar lo que esta maravilla de la ingeniería sería capaz de hacer ahí dentro. Me dedico a escribir y debería ser fácil explicaros lo que pasó, pero no sé cómo hacerlo.

Una vez lo introduje, comencé a probar con distintas inclinaciones hasta que, de repente, todos los nervios de mi cuerpo se estremecieron y creo que vi el principio y el final del universo. Vamos, que me corrí viva. No sé si lo que alcancé fue el punto G, pero, si no lo fue, seguro que por lo menos era el F.

Ahora, desde mi fe renovada en el orgasmo, os pido encarecidamente que os unáis a mi religión y probéis este tulipán ultrasónico. Además, es tan bonito que, si alguien os lo pilla en el bolso, siempre podéis decir que os ha dado por invertir en arte moderno. Ah, y si tenéis pareja es posible que la dejéis, también os lo digo.

Usa el código de descuento WLS2023 para obtener 10 eur de descuento en pedidos mínimos de 50, válido durante 1 mes, es aplicable a otros descuentos de la web.

 

 

**Post patrocinado**

**Opinión real tras probar el producto**