Si, has leído bien: atasqué su baño en nuestra primera cita.

Hace ya algunos meses tuve una cita de lo más prometedora, hacía semanas que hablaba con un chico madrileño que se dedicaba a montar obras de teatro. Pasábamos horas hablando por teléfono, créeme, la química era brutal, así que me armé de valor y me fui a conocerle.

El chico era genial, no parábamos de sonreír y hablar de mil historias, subimos a su casa y pasamos toda la tarde en su cama. El chico era muy sex-generoso he de decir, acabé aquel sábado sudando entre sus sábanas y con mi coño más feliz que una princesa de Disney en su última escena.

Pasamos gran parte de nuestra cita en su cama. (Sí, yo también follo en primeras citas) Enserio, no te puedes ni imaginar la química sexual que teníamos ¡Era brutal!

Nos entró hambre (OBVIO) así que reservamos mesa en un restaurante cerca de su casa, en la misma calle embajadores de Madrid. Me metí en un vestido monísimo de encaje, con unas medias negras y me pinté los labios de rojo. Déjame confesarte algo: aquella noche estaba super sexy. Cuando estoy recién follada, (¡Ojo! Recién BIEN follada) me veo radiante ¿A ti te pasa?

Mira que no soy de hacer “lo otro” en casas ajenas, soy un poco gato para eso, sólo estoy cómoda haciéndolo en mi váter. Pero claro, mi casa estaba a 3 horas, así que la logística era un poco complicada. El caso es que sólo había un baño y antes de marcharnos los dos queríamos ir. Imagínate la situación: un piso de 40m2 con un solo baño. Cada 20 segundos tenía que tirar de la cadena para que no oliera mal y para que no se oyera el chof de la mierda cuando cae. Además el chico en cuestión estaba fuera tocándome las narices “Date prisa que yo también tengo que entrar y llegamos tarde a la reserva”.

Imagínate el estrés: gestiona una cagada para que no huela, que sea rápida y que nadie se dé cuenta de que has cagado.

Cuando ya había cumplido con éxito mi misión, tuve que subirme las medias y déjame decirte que cuando tienes muslos de tenista como los míos sólo la puta gestión de subirte las medias puede hacerte sudar. Nada, hago un par de movimientos rarunos estirando las piernas y me lavo las manos.

Aún desde dentro podía oír al chico rogándome que terminara. Giro la mirada y veo que queda un último trozo de mierda en el váter, tiro de la cadena y la puta cadena no funciona ¡No funciona! ¡Tiré como 6 veces de la cadena pero ya no quedaba agua!

Me vi por un momento dentro un baño ajeno con un trozo de mierda que no quería que nadie viera. Le dije a mi cita que me diera 2 minutos, pero él estaba ya agobiado porque llegábamos 20 minutos tarde al restaurante.

Yo lo estaba pasando fatal, no podía dejar que viera mi mierda, pero por más que tiraba de la cadena no había agua. Empecé a sudar del agobio, estaba dando vueltas sobre mí misma hasta que me paro, me atuso el pelo, pongo una mano en el espejo y me digo a mí misma “Tú puedes”. Cogí mucho papel, me envolví la mano en él, cogí el trozo de mierda y lo tiré por la ventana del baño, con papel y todo. Tiré el chorongo y me libré de él.

Cuando bajamos a la calle y según salimos por el portal vi el ñordo con el papel hecho puré en la plaza peatonal que daba a su portal. Yo no miré, hice como que no lo había visto pero él se acercó y empezó a reírse, porque la mierda venía con papel también y claro… al caer desde un 4 piso se había esparcido y parecía una mierda enorme.
Joder, esta mierda parece de humano” Me dijo el chico entre risas. Por un momento pensé: bueno, ya está, me ha descubierto. Pero no, el comentario se quedó ahí y pudimos pasar el resto de la noche con normalidad.

A la vuelta del restaurante, mi presente para con Madrid seguía allí y volví a morirme de la vergüenza.

Anotación para la yo del futuro: Puedes llenar el depósito de agua del váter con agua del grifo.

M.Arbinaga