Si hija, mi suegro me pilló. Lo que no me pase a mí… A veces creo que el señor Karma se lo pasa teta conmigo, se supera a si mismo poniéndome en situaciones comprometidas. A veces me imagino al señor Karma montando el escenario, haciendo palomitas y sentándose a comer y observar con una sonrisa pensando “A ver cómo sales tú ahora de esto ¿Eh maja?

Te aseguro que muchas historietas son digas de película y hoy te voy a contar cómo fue la primera vez que conocí a mis suegros: me pillaron en plena acción con la boca de mi chico en mi coño lleno de nata.

Ponte en situación: mi primer amor, 20 añitos, hormonas revueltas y muchas ganas de follar. Llevábamos juntos algo más de un año pero aún no habíamos hecho las presentaciones oficiales pertinentes. Los padres de mi chico solían pasar los fines de semana fuera y eso nos venía de perlas claro, imagínate… en pleno momento de explosión sexual, tener un sitio cómodo para follar era mejor que un euro millón.

Pasamos una noche genial, llevábamos toda la noche bebiendo y teníamos una castaña bastante interesante. Para que te hagas una idea: mi chico y yo, sin saber bailar bien ninguno, improvisábamos coreografías súper chulas en medio de la discoteca. Me cogía de la cintura, me hacía girar, luego entrelazábamos los brazos… no sé, yo me sentía la prota de dirty dancing (al final, cuando bailaba bien). Eso sí… no quiero ni saber cómo se veía aquello desde fuera y sin alcohol en sangre. Madre mía… ¡Teníamos que hacer más gracia que Goyo Jiménez!

El caso, llegamos a su casa ya en domingo por la mañana y nos pusimos a follar como animales. Cuando el ascensor de su edificio paró en su piso a ninguno le quedaba ropa puesta. Salimos del ascensor a empujones contra las paredes, él abrió la puerta, yo me tropecé al entrar y los dos caímos al suelo de su cocina, desnudos y cachondos perdidos.
Salí corriendo hacia su cuarto pero él me agarró de la cintura, me apoyó contra la pared del pasillo y empezó a besarme todo el cuerpo como si le fuera la vida en ello. Nos pegamos una follada monumental.

Estábamos borrachos y desinhibidos: todo era mucho más pasional, más libre, más salvaje y estábamos disfrutando como tontos.

Se me olvidaron los completos a golpe de chupito: se me olvidó la talla de mi pantalón y la copa de mi sujetador, quería que mi chico me viera entera y desnuda, me sentía MUY poderosa. Acabamos follando en la cocina, riéndonos de lo fría que estaba la encimera de mármol y lo duros que se me ponían los pezones. Yo me senté en la encimera, me abrí de piernas y le miré, él se puso de rodillas mientras se masturbaba y empezó a comerme el coño. Poco después se levantó, fue a la nevera y cogió un bote de nata montada, me pidió que me tumbara en la encimera, me abrió los muslos, me untó entera con nata y metió su cara entre mis piernas.

Mis gemidos debieron despertar a medio edificio. Me cargué el frutero cuando intenté agarrarme con las manos a la encimera pero no te creas que me importó demasiado. Sentía el frío del mármol en mi espalda, el calor de la lengua de mi chico y estaba tan cerda que podría haber pintado medio piso con mi lubricación.

Y entonces, se abrió la puerta de la casa de mi chico y entró su padre.

Mi suegro me pilló en pleno meneo. Si, como lo oyes. La puerta estaba detrás de mi cabeza y vi aparecer a su padre. Después miré a mi chico, que había levantado la cabeza de entre mis piernas con media cara llena de nata. Los tres nos quedamos paralizados.

Su padre dio un paso atrás en silencio, volvió a cerrar la puerta y gritó desde fuera del piso “En media hora vamos a volver”. Tanto mi chico como yo estábamos en shock, no sabíamos ni qué decir. Recogimos todo lo más rápido que pudimos y salimos del piso.

A ver, imagínate: llegar a tu casa y encontrarte la cocina llena de ropa en el suelo, el frutero roto, fruta por el suelo y a tu hijo, borracho, desnudo, empalmado, con la cara empotrada en el coño de su novia y llena de nata. Encima, los dos involucrados mirándote fijamente y en silencio como pensando “Si no me muevo no me ve”. Qué mal todo. Tú piensa lo siguiente: mi suegro es el hombre que menos tiempo ha tardado en verme desnuda.

Es complicado pasar por alto que tu suegro te ha visto a teta suelta boca arriba persiguiendo orgasmos.

¿Y cómo se le contaría a mi suegra? ¿Cómo le explicas a la puerta de su propia casa que justo ahora no puede entrar? Aquello si que fue empezar con buen pie con mis suegros.

En fin, cada vez que follo en la cocina, me acuerdo de aquello y sonrío.

 

Anónimo

 

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