Conocí al que sería mi primer novio el primer año de Uni. Era un veterano de mi carrera que conocí por mi mejor amigo. Enseguida conectamos y nuestros grupos de amigos se acabaron haciendo uno. Nunca había hecho na de na en lo referente al sexo, tampoco tenía excesiva curiosidad porque yo sola me apañaba bien, pero bueno, llegó el momento.

Todo era genial, nunca había follado ni había hecho el amor, pero con él hacía las dos cosas. Era súper atento, buena persona, lo típico vaya. Sólo había una cosa que al principio me rechinó, y es que le daba al canuto como un cabrón, pero al final hasta yo empecé a fumar. Tengo que decir que mi primer año de carrera fue algo así como: “vivo sola, soy adulta y hago lo que me da la gana”.  Pero me acabó pasando factura.

Un día me dejó. Así, de pronto. Sin motivo aparente hasta que la semana después apareció en el grupo con una italiana que estaba de erasmus. Sé que antes de que me dejase se habían estado viendo para tomar cañas porque mi novio me lo había dicho, pero como no era celosa y confiaba tanto en él, pues no me había parado a pensar si había algo más. ERROOOOOR!
Me hundió en la mierda.

Me enganché mucho a los porros, engordé unos 10kg porque me daba atracones de comida que acabaron degenerando en bulimia, no salía de casa ni estudiaba. Así estuve hasta que acabó segundo de carrera, cuando decidí contárselo todo a mis padres. Y fue lo mejor que pude hacer. De verdad, benditos padres.

Mi vida poco a poco volvió a ser más regular, dejé los porros, aunque el tema de la bulimia me costó más, y mi confianza desde entonces no es la misma. También volví al grupo, con mis amigos y con él (soltero por cierto). Hasta un año después ni le miraba, después simplemente empezamos a mantener una relación de “hola y adiós”.

Después de unos 2 años decidí que ya era hora de volver a tener vida sexual. No soy muy de Tinder y eso, así que salí de fiesta dispuesta a finalizar con la larga sequía por todo lo alto.  Ese día volví a casa acompañada de un kebab.

El día que pillé fue cuando menos me lo esperaba, había salido de la biblioteca y me había entrentenido tomando cañas. Acabé liándome con un chico que llevaba la camiseta de los “Artic Monkeys”, mi grupo preferido; y cuando llegamos a mi casa, a eso de las 5 de la mañana, teníamos un calentón de narices. Empezamos a follar duramente.

De la borrachera que tenía me salían frases que de normal no habría dicho, y en un tono bastante alto. La putada es que acabé gritando demasiado y alguien llamó al timbre. El polvo se fue a la puta porque el chiquillo se acojonó e insistió en que fuese a abrir. Así que nada, me vestí y abrí.

No había nadie, solo que del calentón me había dejado las llaves en la cerradura, por fuera y algún vecino que también llegaría de fiesta quería avisarme. Llegué a la habitación partiéndome el culo y cuando llegué el chiquito estaba llorando, diciendo que la llamada al timbre había sido una señal de que lo que estaba haciendo estaba mal, que él quería mucho a su novia.

No había comentado nada de si tenía o no novia hasta el momento, pero yo no sabía si reñir o llorar. Le dije que entonces era mejor que se fuese.

Así que me quedé sola, con el calentón y además sin kebab.

A.

 

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