Eran las fiestas de mi ciudad y como era de esperar, salí con mis amigas acompañadas de bastante alcohol. Íbamos de carpa en carpa bailando con un pedo de la hostia y ocurrió lo típico; todas mis amigas se dispersaron para follar y yo me quedé sola.

Por suerte, me encontré con una amiga y me acoplé con ella y sus amigos. (Aquí viene lo bueno).

Entre sus amigos, para mi sorpresa, estaba un amigo de mi ex. Me quedé con una cara de WTF al verle, pero bueno, tampoco me incomodaba. Es un tío musculoso de gimnasio y bastante guapo. Pero le saco casi una cabeza, sin exagerar. (Mido 1’75, tampoco soy tan alta). El chavalito se acercaba todo el rato a mí, me agarraba de la cintura, me hacía caricias,… Obviamente mantenía las distancias porque por favor, eres amigo de mi ex. Mi amiga estaba todo el rato diciendo que era muy buen chico, que era muy tierno y blablabla.
La verdad es que el chaval es mono, pero entre que por Instagram me las tiraba a saco y encima actuaba como un gilipollas prepotente, el encanto era inexistente.

Me marqué la de la bomba de humo, me llamaron mis amigas y entre la multitud desaparecí de allí. Me hizo mucha gracia, porque a los minutos me habló por direct preguntando dónde estaba, por qué me fui.

Pasaron unas horas, serían ya las cinco de la mañana. Me hallaba yo en una de las carpas, el ambiente se estaba apagando; mis amigas querían irse y yo era la única con la chispa (borracha vaya). Me giro por obra del señor… Ahí estaba.
Me acerqué a mi amiga mientras mi otro grupo decidía irse de allí para ir a comer algo y otra vez, me acoplé con ella.

Hubo bastante tensión, porque él quería comerme la boca y no sabía cómo, así que, se lo facilité y me dije “venga”. Morreándonos en medio de esa carpa delante de todo el mundo sin vergüenza alguna. Me agarró del brazo para llevarme a un sitio más apartado de la gente, por lo cual, fuimos a los bancos de un parque que estaba vacío cerca del recinto.

Mira que me caía fatal, pero me empezó a cambiar la mentalidad después de hablar con él. Era muy gracioso que cada vez que nos liábamos le decía “me caes mal, gilipollas” (de broma), bendita paciencia la del chaval.
Todo iba genial hasta que fue a mear.

Volvió, en medio del parque, con la polla fuera diciendo “uf quiero follar”. Imaginad mi cara de qué coño ocurre aquí multiplicada por mil.

¿Dónde está la cámara oculta?

Se acercó a mí y soltó comentarios como “mi polla está pidiendo tu boca”, “quiero reventarte mami”,…
Yo estaba flipando por momentos.

Le dije que se la guardase porque no iba a hacer nada con él, para rematar, estaba pasando gente viendo la situación. Sentí mucha vergüenza ajena. La virgen le iluminó, se la guardó y me pidió perdón por lo que hizo. Pensaba que iba a estar todo bien, ignorando lo ocurrido, JÁ, no.

Me empezó a soltar que estaba enamorado de mí, que era su crush. ME DIJO QUE ME QUERÍA SIN CONOCERME.

Como yo no decía nada, sólo sonreía aunque por dentro quería huir de allí. Empezó a llorar diciendo que no quería nada con él por ser más bajito. De verdad, este chico es una caja de bombas. La vida me hizo un favor y mis amigos me llamaron preguntando si me acercaban a casa porque se iban de allí, como loca dije que sí como si de un rescate se tratase.

Llegué a mi casa sin creerme lo ocurrido con todo el maquillaje corrido.

A día de hoy me habla, incluso tiene mi número y cada vez que me pregunta sobre esa noche me marco un “si no me acuerdo, no pasó”. Pero sí, me acuerdo y muy bien.

 

Kade