Creo que ha llegado el momento de que le mundo se entere de que hay gente que tiene mucho morro y muy poca dignidad. Vale, puede ser que ya lo supierais, pero os juro que hasta que no me pasó lo que os voy a contar nunca pensé que fuera tan heavy el asunto.

Si unimos festival + vino de 1 euro + chupitos de Jagger + duchas comunitarias + no sé ni como me llamo + me pica un poco el chichi porque hay mucho señor follable por aquí, pues sale una ecuación que aunque pueda parecer suculenta y que apunta maneras, resulto ser la situación más horrorosa y desagradable que jamás me haya podido pasar.

Venga que sí, que os cuento,que me voy por las ramas creando hype y no termino de parir.

Señor follable me mira, le miro, nos reímos, nos acercamos, cantamos a grito pelao eso de: cuanto más amor das, mejor estás (Grande Kase, grande Zaragoza) y en menos de lo que canta un gallo ya le tenía yo comiéndome el boquino.

En ese momento de subidón máximo en pleno de un concierto tú lo último en lo que piensas es en la cantidad de microbios y bacterias que fluyen entre vuestras lenguas. Lleváis 3 días durmiendo en tiendas de campaña y meando a oscuras intentando no respirar y encogiendo el culo para evitar que tus nalgas rocen el micromundo que se crea en los baños de los festivales. Un polvo higiénico no iba a ser, pero chica, tampoco había que relamerse ¿no?

El caso que estaba yo ya con el chichi medio abierto (metafóricamente) cuando el susodicho me dice que se mea y que ahora viene. Vale, sí, pensé que huía, estaba buenísimo y yo muy borracha, no podía tener yo tanta suerte aquella noche. Pero resulta que no me dio ni tiempo a pensarlo porque apareció de repente a los dos minutos. Sí que es rápido este muchacho, sí.

Ay hermana, ojalá hubiese huido.

Pero el muchacho volvió, y de qué manera.

Nos fuimos a su tienda y he de reconocer que allí olía a todo menos a flores. Calzones, calcetines, minis de cerveza, camisetas sudadas… una maravilla. Pero yo en ese momento tenía más desarrollado el sentido hormonal que el olfativo, así que no tuve ningún problema en acomodarme entre mierda.

Aquella situación me ponía demasiado, yo no sé si era el alcohol, el tiempo que hacía que no follaba o Kase cantando de fondo,pero el caso es que yo tenía el chichi haciendo palmas y necesitaba que me empotrasen right now. Ni preliminares ni hostias.

Le bajé los pantalones. Le bajé los calzoncillos y Dios mío de mi vida y de mi corazón, que alguien me pellizque porque no daba crédito a lo que estaba viendo.

Ojalá un pollón. Ojalá.

SE HABÍA CAGADO.

Que sí, que os lo juro. Que se había puto cagado y había tenido los cojones de volver.

¿A qué coño volvía? ¿A que le limpiara el culo? ¿Me explicáis?

No es que sea yo la hija perdida de Mr Propper, pero llamadme decente y afirmar conmigo que cuando la gente caga, se limpia. ¿Toda le gente? No.

Colega si te has cagado, que oye, no pasa todos los días, pero bueno, soy comprensiva y entiendo que puede pasar; que puede darte un apretón porque Bombay Saphire tampoco estábamos bebiendo y porque lo de los baños en los festivales es el horror más horroroso de todos los horrores; pero colega no vuelvas. Por Dios y por la Virgen, huye; tírate al mar, desaparece, busca una piedra y escóndete; pero no vuelvas a darme mambo porque como mucho lo que me van a dan son arcadas y no por comerte la polla.

Y es que encima se río. Se río y me dijo: venga tía si da igual.

ME MATO.

¿Cómo que da igual? ¿A quién le da igual? ¿A ti? ¿Quieres follxrme con el culo cagao?

Venga buenas tardes. Ha sido un placer.

Él se cagó, pero yo también. En él y en todos sus muertos.

Y salí de la tienda como pude y hui lo más lejos que pude. Vamos que no llegué a mi pueblo que estaba a 653 km. porque iba en chanclas, que sí no allí me planto a pedirle a la Virgen de las Angustias que extermine a todos los cerdos y caraduras del universo.

Anónimo

 

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