A ti, que me conoces como nadie, que estás ahí sin llamarte, que me das mimitos cuando no te los pido.
A ti, mamá, Gracias.
Gracias por enseñarme el camino; por guiarme cuando todo se vuelve oscuro; por ser ejemplo de mujer fuerte y luchadora. Gracias por demostrarme que no hay piedra en el camino que no se pueda superar.
No esperes a que lleguen las adversidades para demostrar a la gente tu amor, para decirles que les quieres y para darles las gracias simplemente por existir.
Te quiero, mamá.
Feliz día.