Lo primero que quiero decir es que no soy embajadora de Garnier ni nada parecido. Es más, los champús (y derivados) de Fructis nunca me han gustado porque, a pesar de que huelen bastante rico, me dejan el pelo súper apelmazado y no me ayudan nada a neutralizar la grasa de las raíces. PERO, os juro que la linea HAIR FOOD está mejorando mi vida por pocos euros. No voy a decir que sea un producto ultra milagroso porque estaría inflando todavía más mi hype, pero la relación calidad-precio es estupenda y mi pelito lo está notando cosa loca.

Pues bien, os cuento un poco mi periplo capilar por eso de contextualizar: hace casi un año me hice tres decoloraciones, bien hechas y no muy agresivas (lo puntualizo para que no me llaméis loca), porque ansío un pelo gris fantasía (y lo digo en presente porque lo voy consiguiendo, pero regular). Pues bien, tengo el pelo muy fino y ahora parece que tengo una escoba de bruja en la cabeza: lo tengo áspero, se me hacen unas rastras loquísimas y se me rompe mogollón… vamos, que lo tengo quemadito a base de bien. Así que no paro de buscar productos hidratantes que me faciliten la tarea de mantenerlo lo más digno posible (ya he asumido que recuperarlo es imposible) y lo que mejor me ha ido hasta el momento es un champú y mascarilla hidratantes de Apivita y el aceite de coco. Pero varias amigas llevaban tiempo recomendándome insistentemente los productos estos de Garnier y, pese a mi desconfianza inicial, acabé probándolos por pura curiosidad (y porque son baratos, un bote enorme cuesta alrededor de 5 euros y si no me funcionaba siempre se los podía ceder a estas amigas y todas felices).

Reconozco que la sorpresa fue inmensa (gracias, amiguis). Se trata de productos veganos, un 98% de sus ingredientes son de origen natural (dice la marca que el 2% restante garantiza la sensorialidad y la buena conservación de la fórmula), garantizan no tener ni siliconas, ni parabenos, ni colorantes artificiales y encima tienen un perfume increíble. La textura es genial, porque es densa y untuosa pero tiene un toque ligeramente gelatinoso que la convierte en producto muy poco graso pese a ser ultra nutritivo. Existen cuatro tipos que podéis ver en la siguiente fotografía:

Sí, lo primero que llama la atención es su sencillo y colorista packaging. Es enorme (390 ml), súper cómodo y la forma que tiene el bote permite aprovechar el producto hasta el final y eso siempre es bien (que no estamos como para ir desperdiciando hidratación capilar por ahí). Por otra parte es muy chachi que una misma cosa puedas usarla de tres maneras distintas según sean tus necesidades: como tratamiento sin aclarado para que el pelo te quede suave-suave-su-su-suave, como mascarilla rápida (de 3 minutejos) para hidratar en profundidad y como acondicionador para desenredar.

Aunque tengo muchas ganas de probar la de Goji, por ahora he probado Hair Food Banana (ultra-nutritiva) y Hair Food Papaya (reparadora) y mi pelo quemadito las está agradeciendo mucho. Las uso principalmente como acondicionadores (como mascarilla sigo usando la hidratante de Apivita mezclada con aceite de coco y toda la magia de mi melena) y, aunque las dos muy bien, creo que para mi caso funciona mejor la de Banana. La manera de aplicarse es muy sencilla, se van genial con el agua (cosa importante porque hay otros productos hidratantes que cuesta mogollón quitar y si tienes el pelo fino se te puede quedar así como muy apelmazado) y el olor es fascinante nivel tirarse de cabeza a una piscina llena de golosinas.

Aquí tenéis un antes y un después…

El resultado es un pelo suelto, brillante, con volumen y bastante manejable (shau nudos del demoño). Sí, yo voy a seguir utilizándola en mis rutinas de cuidado capilar y os recomiendo que la probéis si tenéis curiosidad…