Hemos probado el famoso Pipistop y esto es lo que pasó
Hace unas semanas una madre nos contaba los problemas de autoestima que comenzaba a manifestar su hija de ocho años porque padecía de enuresis nocturna. Tuvo muchos comentarios, principalmente de dos tipos. El primero, informándole que era algo muy común, que no se preocupara porque con el tiempo se le pasaría. Y, el segundo, proponiéndole que usara algo llamado Pipistop. Un invento al parecer ampliamente conocido del que yo no había oído hablar nunca. Y eso que yo también tengo una niña de cinco años que se hacía pis en la cama TODAS las noches. No una sí, otra no. Todas y cada una, por lo que todavía usaba pañales para dormir. E, incluso con ellos, a veces la cantidad de orina era tanta, que de todos modos acababa mojando la cama. Como es obvio, el tema me interesó, así que os cuento nuestra experiencia.
Nota importante: este post no está patrocinado. El aparatito dichoso me lo compré con mi dinero y **spoiler** no puedo estar más contenta de haberlo hecho. Seguid leyendo y lo entenderéis.
Me puse a buscar en qué consistía eso del Pipistop y lo encontré disponible en Amazon, con un coste de 69.00€. Reconozco que mi primer pensamiento fue ‘caray, barato no es’. No obstante, no tardé en retractarme, sobre todo teniendo en cuenta que esa cantidad me la gasto en los pañales de dos meses (se ve que los fabrican con algodón de nube de Narnia o algo). Si, tal y como prometía la publicidad, mi hija dejaría de mojar la cama entre 4 y 12 semanas desde el inicio del tratamiento, la inversión estaba más que amortizada.
Hemos probado el famoso Pipistop y esto es lo que pasó
Los creadores de Pipistop informan un porcentaje de éxito del 85-90 %. Me convencí de que mi hija no iba a estar en ese 10-15 % restante e hice el pedido.
El sistema consiste en un pequeño sensor que, colocado en un salvaslip, detecta la primera gotita de orina y emite un pitido para despertar a la niña y que pueda así levantarse al baño.
Tenía miedo de que no se despertara, pero se despierta, se despierta. Ella, su padre y yo.
Total, que llegó el día de empezar a usarlo, la niña emocionada, yo emocionada, todos emocionados. A las dos de la mañana nos despertó a todos el pitito. Llegué al baño al mismo tiempo que ella y… bueno, se le había escapado un poco. Menos mal que soy desconfiada y se lo había puesto en un pañal, no en el pijama o las bragas, porque el salvaslip no llegó.
Aquí un par de cosillas a destacar:
- Ya lo avisa el fabricante, el pitido no se detiene hasta que se retira y seca el sensor. No para de pitar. No para hasta que esté seco. Conviene darse vidilla en la operación si tus vecinos son quisquillosos…
- Según a qué horas y en qué estado de somnolencia, es un poco coñacito ponerte a hacerle la ranura a otro salvaslip y buscar el esparadrapo para fijar el sensor. A mí me pilló la primera noche, a partir de ahí ya lo dejaba todo preparado en el baño antes de acostarla.
Lo bueno es que, según vas pillando práctica, cada noche tardas unos segundos menos. Además de que tener que ponerme a mudar la cama es muuuuucho más engorroso, o sea que, sin problema.
Hemos probado el famoso Pipistop y esto es lo que pasó
En el caso de mi hija, lo mejor fue que solo necesitamos cinco noches para dejar de usarlo.
La segunda noche le dio tiempo a llegar al baño sin que se le escapara nada. Igual la tercera y la cuarta. Y la quinta, vino a despertarme para decirme que iba a ir a hacer pis. Yo no me había despertado ¡porque el sensor no se había activado en ningún momento! No me lo podía creer.
De eso hace tres semanas y, por ahora, no ha habido ni un solo escape más. De hecho, dejamos de usarlo después de la primera semana. Porque la niña se levanta por ella misma todas las noches entre las tres y las cuatro de la madrugada para hacer pis. Y ella está super contenta y orgullosa de sí misma.
Como os decía, no puedo estar más feliz con el resultado de la adquisición de Pipistop. Porque nos ha cambiado la vida en una semana y, aunque entiendo que no en todos lo casos será tan rápido, estaría igual de contenta si nos hubiera llevado dos o tres meses. Así que, si tienes un peque que sigue mojando la cama sin que exista ninguna patología que lo provoque, te lo recomiendo sin duda.
Os dejo el enlace aquí.
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