Hola amores, hoy os quiero enseñar dos cositas que están siendo mi salvación a la hora de hacer yoga.
Hace meses ya que lo práctico, pero soy super novata todavía. Actualmente, a la hora de hacer cualquier cosa, soy de las que piensa que cada una tenemos nuestro propio ritmo y no debemos compararnos con nadie, por lo que yo voy despacio, pero a gusto y sobre todo cómoda con lo que hago.
Para seguir haciendo yoga y no dejarlo, además de todos los beneficios que sabemos que tiene, ha habido dos pequeños descubrimientos que me han ayudado.
No sé vosotras, pero a mí me cuesta muchísimo durar en las asanas (posturas de yoga) en las que una sola rodilla tiene que aguantar todo el peso del cuerpo, de verdad. Al principio pensé ¿debo preocuparme por qué mi rodilla no aguanta mi peso? ¿estoy yo mal? ¿no puedo hacer este deporte?
Pues la respuesta es no amiguis. El cuerpo es sabio, está acostumbrado a que repartamos nuestro peso entre dos piernas y es normal que lo pase mal, y más estando sobre una esterilla en el suelo.
Para llegar a que no nos moleste la rodilla se tendrá que ir fortaleciendo y como todo, necesita su ritmo, pero no pasa nada, porque aquí llega mi descubrimiento del año.
Un día me dio por ir a la sesión de yoga del Decathlon, a ver que se cocía por allí, y chan chan chaaan vi algo que no sabía ni que existía, yo le llamo el chisme azul, pero si queréis echar un ojo en la página web se llama “pad/ soporte de yoga para rodillas y muñecas azul turquesa” y cuesta 5 euros.
Mi valoración personal: es mi compi de yoga pa´ toda la vida. Es que parece una chorrada, porque lo es, pero con tan solo ponerlo, ahora aguanto todo el tiempo que dice la profe en la postura y mis compañeras de clase están también in love con él.
La segunda cosita que os quería enseñar es más típica, es un bloque de yoga de espuma gris oscuro (hay en más colores jeje), que es tan solo para cuando no tienes todavía la suficiente elasticidad para llegar al suelo y necesitas sujetarte en algo, es tan fácil como apoyar la mano en él y ya estaría.
Cuesta 5 lereles también y mi valoración es totalmente positiva ya que ayuda a guardar el equilibrio y te proporciona seguridad y confianza.
Aquí os debo confesar una pequeña cosa y de verdad que me siento tonta. Al principio no quería coger nada, me sentía mal con mi cuerpo por no llegar a estirarme a donde otras si lo hacían y pensaba que el problema era mío.
Pero lo cierto es que cada cuerpo, independientemente de cómo sea, tiene una elasticidad diferente y ésta se puede llegar a entrenar; por lo que por favor, no hagáis como yo al principio y coged los materiales que os hagan la clase de yoga más cómoda.
Por último, no quería cerrar el post sin deciros que, para ayudar a la elasticidad, tenéis también cintas elásticas y os serán de mucha utilidad en aquellas asanas en las que haya que cogerse los pies. Yo, personalmente, no las necesito, pero en mi clase las usan muchísimas personas y están encantadas.
Recordad, el yoga es buscar la calma interior, mimarse, quererse y escucharse, así que usad todo aquello que necesitáis para su práctica y sobre todo sed felices.
Namasté.
