Así es, intenté mejorar mi inglés y acabé haciendo sexting con un polaco.

Como he contado en alguna ocasión  suelo intentar mejorar mi inglés leyendo cómics y viendo series.

Me parece un buen método y nunca me había planteado intentar otra forma hasta que me percaté que mis habilidades de conversación eran un poco de risa. 

No os sorprenderá lo que voy a decir ya que la mayoría de mis anécdotas sexuales empiezan igual:

                                                   «esto me pasó en el confinamiento»

Estaba buscando una forma de conversar con alguien en inglés de forma fiable, la verdad es que hay muchas páginas en Internet pero algunas no sé hasta qué punto son fiables. Leí un tweet de una chica a la que seguía hablando sobre una aplicación de amigos por correspondencia: slowly. 

mujer escribe carta

Te creabas un perfil (en el cuál no tenías foto, más emoción jajaja) con una biografía, tus intereses y los idiomas que hablas o en su defecto en los que estabas interesada. A partir de ahí podías poner ciertos filtros para buscar usuarios: edad, signo zodiacal, país… cuando decidías con quién querías empezar a hablar simplemente le tenías que escribir una carta que podía tardar entre 1 y 72 horas en llegar, dependiendo de la distancia. 

Sí, como en los viejos tiempos vamos, eso parecía una cuarentena noventera.

Así fue como conocí a Kamil, un polaco de 22 años. Empezamos a hablar por carta para practicar inglés y lo cierto es que noté mucha química. Él conocía algo de la cultura española y uno de los sueños de mi vida era visitar Polonia. Estuvimos hablando de comida, de estilos de vida, de salud mental… de cosas que no habría hablado con un desconocido pero con él sí. 

Lo admito, tuve un pequeño crush con él.

Era lo que me faltaba, vaya, pillarme por un tío que vivía a tomar por el culo.

Pero como a mí me gusta cometer errores decidí que quería hablar con él por chat en vez de esperar 6 horas a que le llegase mi carta, la leyera y contestase.

Nos empezamos a seguir por Instagram y a parte de gustarme su personalidad encima el cabrón era guapo.

Fuimos hablando cada vez más a menudo gracias a la inmediatez que tienen los MD. A mí cada vez me gustaba más. Nos llamábamos «cariño» y hablábamos constantemente sobre vernos en cuánto tuviéramos dinero.

Él propuso quedar en Italia e incluso llegó a decirme que yo le gustaba muchísimo así que me fui montando una película digna de Óscar.

La cosa poco a poco se fue calentando y cuando me di cuenta nos estábamos narrando todas las guarrerías que nos queríamos hacer mutuamente. Todo esto en inglés, claro.

Los apodos cariñosos pasaron a ser cochinadas y nombres sexuales, en mi cabeza eso significaba que la cosa iba de puta madre. Mi amiga Lidia se descojonaba en mi cara cada vez que le contaba las cosas que me soltaba y aquí ya nos olía a boda en Polonia. 

boda princesa

Por si alguien se lo pregunta: sigo en España y él en Polonia, porque con lo bien que iba la cosa de repente un día me dijo:

«tengo algo que decirte. Me gustas mucho pero me he echado novia.»

Mentalmente me cagué mil veces en su puta  madre pero le dije que fuera muy feliz. Dejó de hablarme totalmente y solo volvía cuando rompía con ella o se sentía solo.

A días de hoy me río bastante de la historia porque encima se acabó comprometiendo con su novia, pero al menos mejoré mi inglés. 

 

Rocío

 

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