Con el otoño, llega el fresco y las ganas de pasar tiempo en casa, acurrucada en el sofá, con una infusión o un chocolate caliente en las manos y un buen libro abierto en el regazo. Y este otoño lo que se lleva son las novelas de fantasía y las brujas empoderadas.

Cuando una oye hablar sobre literatura fantástica, enseguida piensa en dragones, demonios, grandes guerreros y princesas vendidas a cambio de tierras y poder. Pero, ¿y si esa fantasía estuviera escrita pensando más en femenino y menos en testosterona y músculo? Este es el caso de la novela “Iris & Hedera — Despertar”.

Os pongo en situación. La primera protagonista, Hedera, es una joven bruja del siglo XVIII que es encerrada en un amuleto protector por su madre para salvarla de la hoguera. La segunda protagonista, Iris, es una universitaria del siglo XXIV, un futuro donde las pocas zonas civilizadas que quedan en el planeta están encerradas en inmensas cúpulas de cristal para aislarse de la contaminación que domina el mundo exterior, salvaje y peligroso por la falta de alimentos y leyes. Esta última, con la necesidad de saber qué fue de su madre, desterrada quince años antes al mundo exterior, se adentra en las tierras salvajes para encontrar su rastro. En su aventura, accidentalmente, Iris encuentra el amuleto de Hedera y la despierta de su letargo.

Nuestras protagonistas, jóvenes, inteligentes y con un carácter indomable, deciden ayudarse mutuamente. Una domina la magia, la otra es una gran guerrera. Juntas, no solo no necesitan de ningún príncipe azul, de ningún caballero de brillante armadura, para que las proteja, sino que se enfrentan solas a todos los hombres, malvados y violentos, que se cruzan en su camino. Aquí tenéis una buena muestra:

“—¡Venid a luchar como hombres! —vociferó el jefe de los saqueadores.

—¿Debemos luchar como hombres? —preguntó Iris a la bruja en tono de burla.

—Yo lucharé como una bruja —le respondió Hedera con seguridad.

—Yo lucharé como una chica —sonrió Iris—. Como una guerrera.”

 

Por si esto fuera poco, su relación se va estrechando hasta que se convierte en algo mucho más intenso y profundo que una simple amistad. Si sobrevivir en un mundo hostil y peligroso ya es difícil, hacerlo teniendo que cuestionarte tu sexualidad, tus emociones y todo cuanto te han educado para creer desde pequeña, lo empeora todo.

Su relación, inesperada e intensa, es una hermosa defensa de los derechos LGTBIQ+. Y, aunque el romance entre ambas no sea la trama principal de la historia, se convierte en una de las partes más importantes y atractivas de la novela por las complicaciones y situaciones que genera. Ninguna de las dos estaba preparada para descubrir que podían tener sentimientos de ese tipo por otra chica, por lo que la propia aceptación de esas emociones y de sí mismas será uno de los grandes retos a los que tendrán que enfrentarse.

Puestas a luchar contra los estereotipos de género, descubrimos que Hedera, la bruja, no tiene una silueta propia de las heroínas de película, ni de los cómics de superhéroes que tan de moda están últimamente. En uno de esos momentos en que Iris, la guerrera, se cuestiona lo que siente por su nueva amiga, leemos lo siguiente:

“Aquel cuerpo no tenía nada de extraño, diferente o inesperado, pero algo hacía a Iris contemplarlo con reverencia. Alguna cosa se prendía en su interior ante aquella imagen. Hedera era bella, pero no cumplía con los cánones de belleza, de exagerada delgadez, que la civilización de las cúpulas imponía en las mujeres. Tal vez fuera aquello lo que a Iris le parecía tan cautivador, sus curvas”.

Siempre es agradable encontrarse con una protagonista con caderas grandes y si, además, se trata de una poderosa bruja capaz de poner en su sitio a sus enemigos y de despertar el deseo de su amada, mucho mejor.

Por si todo esto fuera poco, Iris y Hedera nos van dejando, en sus diálogos, muestras de una filosofía rebelde, que se opone a las imposiciones injustas de la sociedad y defiende la igualdad entre las personas y la libertad de cada individuo para poder ser uno mismo, sin restricciones ni prejuicios.

“Iris & Hedera — Despertar” es una de esas novelas cuya trama y narrativa te enganchan desde el principio, cuyas protagonistas se hacen querer desde la primera página y cuyos ideales convierten su lectura en una lección de esperanza y optimismo.

Así que ya lo sabéis, para esas tardes de otoño con temperaturas frescas y largas puestas de sol, una buena lectura es el entretenimiento más agradable. Y esta novela os transportará a un mundo apasionante, os hará disfrutar de cada página y os emocionará con sus protagonistas fuertes y atractivas. Os prometo que no querréis que termine. Disfrutadla.

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