Actualmente la sociedad vive deprisa y apenas nos dejamos conocer. Vivimos en la era de la imagen donde, por ejemplo, chico conoce a chica, se gustan, se acuestan y ya si eso, se quieren. Pero, en esta era tan llena de estigmas hacia la muestra de sentimientos, ¿cómo explicas que tu proceso es invertido? ¿Cómo le cuentas a alguien que primero tienes que quererle para después poder desearle?

Me gusta definir la demisexualidad como el “súper poder de la súper visión” al más puro estilo vengadores: necesitas ver el interior de la otra persona y crear un vínculo emocional para que su exterior te despierte ese deseo que otra persona puede sentir únicamente fijándose en un físico. Al principio, se puede confundir con ese dogma del amor romántico que Disney nos ha grabado a fuego, pero nada que ver. La persona demisexual no vive en una canción con pajaritos, vive en una realidad tan palpable como cualquier otro ser de este ancho mundo. Por otro lado, la demisexualidad no se decanta por un género concreto. No te gustan las chicas o los chicos, te gusta una persona  con la que creas un vínculo fuerte, casi espiritual, más allá de una cara bonita.

corazon neon

Actualmente, la demisexualidad es considerada como una rama de la asexualidad, sin embargo, no nos llevemos a engaño. Ser demisexual no es sinónimo de no tener una vida sexual plena (o incluso vida sexual de ningún tipo), significa que esa vida sexual que puede experimentar un heterosexual, por ejemplo, tarda un poco más en llegar ¡Y AHÍ ESTA LA CLAVE! El tiempo. Las personas experimentamos las mejores sensaciones a base de tiempo, pero también nos dejamos llevar por los impulsos más primarios a la primera de cambio. Los demisexuales no contemplan esos impulsos. No existe ese “aquí te pillo, aquí te mato”, existe una especie de “aquí te pillo y no seré capaz de matarte (por ahora o quizá nunca)”. 

El mundo de la sexualidad es como el abanico de una folclórica. Lo abarca absolutamente todo de mil maneras diferentes, y en ese espectro complejo llamado “sexualidad” no existen sexualidades mejores o peores. En el caso de la demisexualidad, es orientación que se enfrenta a una soledad en una sociedad donde la imagen lo es todo y las profundidades quedan casi tapiadas a base de complejos e inseguridades.  Sin embargo, como cualquier otra orientación sexual, no es algo elegido. Por ello, demos visibilidad a todos los tipos de sexualidad, porque ¿qué mejor conversación que aquella en la que se habla de sentir?

Corazones de colores

PD. Ha día de hoy y a pesar de que queda mucho trabajo, encontramos una comunidad cada vez más grande y visible gracias al trabajo de asociaciones como ACE’s (os invito a conocer su labor).

Rocío Torronteras (@rocio_tor16)