¿Habéis escuchado alguna vez eso de que vestir con lencería sexy así porque así levanta el ánimo y la autoestima? Os lo pregunto porque a mí eso no me ocurre, pero me parece curioso pensarlo. Si mi madre leyera esto se reiría porque, sí amigas, yo soy de las que clasifican sus bragas por: bragas, bragas de regla y braguitas de citas. ¿Os suenan las últimas no?

Pues lo dicho… que estas últimas son las braguitas sexis y bonitas, con su encaje, sus transparencias… ya me entendéis. Pero claro, luego pienso y digo: “Pero tanto para qué… si para lo que luego duran puestas… Y además es que ni se fijan”. He aquí la cuestión… “luego ni se fijan”. Pero, si lo pensamos mejor… ¿a quién le tiene que gustar? ¿quién se tiene que sentir cómoda y guapa? Nosotras.

He escuchado cientos de veces que hacernos con un buen conjunto de lencería y ponérnoslo un día cualquiera porque sí, nos ayuda a empezar el día de otra forma, mucho más seguras y empoderadas. Vamos, que salimos a la calle gritando un “ole mi toto”. ¿Lo habéis probado alguna vez? Bueno, pues os voy a contar por qué deberíamos ponernos divinas de la muerte hasta para ir a comprar el pan (y de paso, a ver si me lo aplico).

Lencería sexy

Actitud, nena

Parece que todo se limita a: “Me pondría ropa sexy si tuviera mejor cuerpo”. ¿Mejor cuerpo? Bueno, todos los cuerpos son buenos y también diferentes sí. Pero eso es lo que nos hace preciosas a todas. Todo es cuestión de actitud. Sí tu te lo crees, la lencería sexy solo será un complemento para ratificarlo.

Lo que se coman los gusanos, que lo disfruten los humanos

Sí, lo que leéis. Eso me lo ha dicho mi padre toda la vida y no puede tener más razón. No seamos hipócritas… a todas y todos nos encanta gustar. Sentirnos deseados, porque eso nos sube la autoestima y nos hace sentirnos mejores. Atraer una mirada y saber que es porque le gusta algo de nosotras… ¿sabéis de lo que os hablo no? A mí me encanta usar lenceros y que se vea el encaje por el escote. Es una prenda muy versátil para usar con cualquier otra prenda encima. La zona de las clavículas siempre me ha parecido muy sexy, pero es que con un bonito sujetador o lencero… mil veces más amichis…

Suave y bella

Y es que, cuando me refiero a que la ropa sexy es apta para cualquier momento del día… también está la noche. Pero no, no. No me refiero a ello por echar el polvo del siglo con el traje de luces, sino por las texturas. Un momento para nosotras mismas sintiéndonos diosas con un conjunto de satín (parecido a la seda). Como ya os decía, todo es actitud y por un día, podemos dejar de lado el pijama de punto con el que vamos tan cómodas y sentirnos de la misma forma, pero… mucho más ligeras. Y veréis qué sensación más placentera. Tiene que molar mogollón estar en una conversación con amigos hablando sobre el insomnio y de repente soltar: “Pues yo duermo mejor desde que me acuesto con un conjunto de seda” Sus caras pueden ser un poema, pero chica… pensarán que eres una diva máxima.

Diva

Recuerda: Seas como seas, para ti también hay ropa interior muy sexy

No todo se limita al encaje o a la seda. Todo va en gustos y en ver qué es lo que mejor te queda. Hay a quien le gusta el látex, por ejemplo. Puedes usarlo para cualquier momento y no tiene por qué limitarse a la cama para sorprender a nadie. Piensa en ti, en lo a gusto que estás y en lo guapa que te ves.

Cuando te acostumbres, te encantará ver con qué tipo de lencería puedes sacarles partido a las zonas que más te gusten. Hay braguitas que son más subidas de la cadera en dirección ascendente hacia la cintura, otras que son más rectas marcando los oblicuos… Pero recuerda: gorda, flaca, alta o baja, para ti también hay. Tú también eres sexy y una puta diosa con bragas de seda. Y yo, voy a ver si me compro unas y os cuento. ¡Suerte, amigas!

 

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