No con esas palabras, aunque igual hubiera sido mejor al menos decirlo directa. En serio, hay gente que no debería de poder trabajar cara al público.

Me parece que alguna vez os he dicho que soy muy torpe. Es sabiduría popular que los trabajos manuales y yo no nos llevamos bien. Por supuesto, el maquillaje no iba a ser la excepción.

Para mí, visto que con una brocha tengo más peligro que un mono con un martillo, lo mejor es salir de casa con la cara lavada y ya. Lo que no quita que no me guste una buena sesión de chapa y pintura.

Asi quedo cuando me pinto yo sola
Asi quedo cuando me pinto yo sola

Entenderéis entonces lo contenta que me puse cuando vi un anuncio por facebook de una chica que buscaba modelos para hacer un maquillaje gratuito. Era de una chica española que se había venido a aprender inglés durante el invierno.

Hablamos, le dije más o menos lo que me gustaba, y le enseñé maquillajes que me habían hecho anteriormente. Me dijo que sin problema. Simplemente quería construir portfolio en el país, así que se adaptaría a lo que yo pidiera.

Quedamos en hacerlo un día que yo tenía una sesión de fotos preboda, e incluso hablamos de si me gustaba, contratarla para mi primera boda (yo me casé legalmente en UK, pero la fiesta y parafernalia la hice en España).

Llegó el día acordado, y después de pasar por la peluquería me fui a su casa.

La primera en la frente ya antes incluso de haberme quitado el abrigo: me soltó un “anda qué bien, te ves mejor en las fotos que lo que eres en persona”.

Pero bueno, oídos sordos y allá que seguimos.

Lo que siguió fue un “qué suerte he tenido de que me escribieras. Normalmente me escriben chicas tan guapas que no puedo pensar en formas de mejorarlas. Contigo eso no me pasó. En cuanto vi tu foto tuve un montón de ideas sobre cómo intentar arreglarte”.

Maquilladora 2 – Autoestima de Andrea 0.

YA NO

Cuando empezó con el contouring, comenté que esa tendencia no me gustaba demasiado y me dijo “uy, pues con esa nariz tiene que ser un imprescindible en tu día a día, no querrás ir por la vida con esa tocha, tienes que aprender a disimularla”. Y yo toda la vida pensando que tengo una nariz normal y corriente. Que habré tenido y tengo muchos complejos, pero sinceramente mi nariz nunca ha sido uno de ellos…

Siguió diciendo que me iba a poner no se qué en los pómulos y el cuello porque no entendía como me atrevía a salir de casa sin disimular la papada ni las pecas que  tengo.

Ya cuando llegó a los labios le dije que por favor, o rojos o fucsias. Que además los tonos claros no me quedan bien. Me lo han dicho siempre, y tengo ojos. Prefiero los colores fuertes. Pero tampoco.

Por lo visto, con la forma tan rara que tienen mis labios lo mejor es que se queden con un tono lo más neutral posible, para que no llamen la atención. Ahí sí que me quejé, porque me clavó un rosa nude más claro incluso que mi piel, que ya de por si es como Blancanieves, y parecía un cadáver ambulante. Más o menos me vino a contestar que yo no tenía ni idea, que la dejara a ella que era la experta.

Remató la faena con una peluca negra porque mi pelo castaño y bien peinado de peluquería me hacía parecer un espantajo.

Ya íbamos por Maquilladora  257 – Autoestima de Andrea 0.

Me hizo las fotos que consideró oportunas en las que no fui capaz de sonreír ni un poquito y ya pude mirarme al espejo. Como si estuviese viendo a la prima de la cunada de la vecina del cuarto. O sea, a una completa desconocida. Y encima no me favorecía en absoluto.

Ya me marché sin decirle lo que pensaba de ella y de su trato porque pa’ qué. Total, ya estaba hecho pues fiesta y espero no verte nunca más. Me fui a casa, me quité todo lo que me hizo, y me apañé yo sola como pude. Pero ahí no quedó todo.

La guinda del pastel vino al día siguiente cuando publicó las fotos en facebook como habíamos acordado. En el suyo y en todos los grupos de españoles o de la zona que encontró.

Las fotos del después pues eran lo que eran, bueno vale. Pero las del antes…me había añadido acné a mansalva (que por suerte no he tenido ni de joven), me había puesto un par de manchas en la cara, había alargado la nariz, me había puesto orejas de soplillo y me había duplicado la papada. Viendo las fotos así pues si parecía que había hecho un trabajo cojonudo…

Lo remató todo con un: ¡la cliente quedó encantada con su transformación! Para más información, mensaje privado”.

Asi debo de ser yo sin maquillar

Por suerte para mi, había cambiado tanto que ninguno de mis amigos o familiares me reconocieron, así que nadie se enteró.

Andrea.