La mujer de 23 años que tiene 11 hijos y planea tener 105

Os quiero hablar de un hecho bastante controvertido del que me enteré el otro día dándome una vuelta por Google, al mismo tiempo que quiero expresar mi propia opinión sobre el mismo.

Christina Ozturk es una mujer rusa de 23 años casada con el empresario turco Galip Ozturk y residentes en Batumi (Georgia). Todo suena bastante cotidiano hasta que nos enteramos de que Christina y Galip tienen ya la friolera de 11 hijos y que tan solo uno de ellos nació del vientre de su propia madre biológica. Por si este hecho no fuera suficiente, el matrimonio planea engendrar la suma total de 105 hijos, ya que su sueño es seguir creando vidas para convertirse en la familia más numerosa del mundo.

pareja 105

Como podrás imaginar, la cuestión monetaria no es un problema para ellos, pero quizá ese sea el principal problema (moralmente hablando).

Haciendo unos cálculos rápidos, es totalmente imposible que una mujer de 23 años sea madre de 11 hijos biológicos, a menos que se usen vientres de alquiler para tal fin.

En Batumi, la figura de los vientres de alquiler es legal y, según diversos estudios, cada vientre alquilado «cuesta» la cantidad irrisoria de 9.700 dólares.

Contemplando que un embarazo dura 9 meses, obtenemos un «salario» inferior a 1.100 dólares mensuales; y, sabiendo que los Ozturk han empleado 10 vientres de alquiler, obtenemos que la cantidad «invertida» en esos 10 hijos asciende a la cifra de 97.000 dólares.

Al mismo tiempo, si su plan es tener 105 hijos, aún les queda por gastar un total de 911.000 dólares en vientres de alquiler.

Por si todo esto fuera poco, a la señora Ozturk le gusta llevar un estricto control de la alimentación de cada madre sustituta y les elabora unos rígidos planes de dieta y nutrición de forma individualizada.

Así que no solo pagan mal el arduo trabajo de engendrar y parir al hijo de otra persona (a la que ni siquiera llegas a conocer), con todos los sacrificios psicológicos, personales y corporales que ello conlleva, sino que las madres de alquiler también deben seguir la dieta que su madre genética les impone. Estupendo, vaya.

mujer 23 años

He de confesar que, en un principio, la figura de los vientres de alquiler a mí no me disgustaba de entradas, pues pensaba en todas aquellas mujeres transgénero (por ejemplo) que no podrían ser madres biológicas de un hijo y lo veía como un acto muy altruista por parte de la mujer que aportaba su vientre para ello.

No obstante, en el momento en que lo analicé más detenidamente y me fui informando por diversas fuentes, me fui dando cuenta de que, de ser algo no monetizado, podría tratarse de un acto heroico.

Pero que, en el momento en el que hay dinero implicado, significa que la persona que ofrece su vientre para engendrar el hijo de otra lo hace por pura necesidad económica. Y ahí es donde los más ricos y poderosos toman su ventaja, pues en vez de monetizarlo de una forma justa, lo infravaloran y pagan con sumas de dinero ridículas.

Por este motivo, a parejas como Christina y Galip les diría, si tuviera la oportunidad, que en vez de obsesionarse con la idea de tener una familia con 105 hijos para «seguir creando vidas», pensaran un poco más en cómo ayudar a mejorar las vidas de aquellos que ya están en este mundo.

Pues, si en vez de pagarle a cada mujer 9.700 dólares por traer a este mundo una criatura (implicando en ello a diez mujeres, hasta la fecha, para obtener diez hijos), le pagasen a una sola mujer 97.000 dólares para obtener un solo hijo de un solo vientre de alquiler, ya podríamos empezar a hablar de un precio que rozaría lo digno y justo para esa persona.

Por no hablar de la cantidad de hijos que podrían tener si, en vez de dedicarse a aprovecharse de mujeres vulnerables, emplearan sus esfuerzos en rescatar a niños de orfanatos, o de países tercermundistas, ofreciéndoles la posibilidad de una vida mejor mediante la adopción.

Porque tener un hijo no implica necesariamente que esa persona comparta lazos sanguíneos contigo.

 

@caoticapaula