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La Organización Mundial de la Salud deja de considerar la transexualidad como una enfermedad mental. En la actualización publicada el lunes 18 de Junio, la transexualidad ya no será considerará «trastorno mental» y pasará a ser «incongruencia de género».
Aquí al habla una mujer trans. Pensaréis que esto debería de alegrarme, que es un avance en pro de mis derechos. Pues sigo pensando que tiene un tinte patologizante. No la han sacado de la clasificación, solo la han movido de apartado y la han metido con otros diagnósticos sobre sexualidad y sigue necesitándose diagnóstico para iniciar la transición.
1) Pasa a llamarse incongruencia de género: ya no somos personas enfermas, pero sí incongruentes
2) La nueva descripción de la OMS habla de nuestra identidad así: «género experimentado»
3) Dejamos de ser personas enfermas, pero tenemos que ser diagnosticadas
4) Se niega la identidad a lxs niñxs trans
5) El texto será adaptado de forma diferente en cada país y las autoridades sanitarias se adaptarán a éste.
No obstante, recordemos que la OMS es solo un organismo, no una ley (igual que la RAE, por cierto). Su labor es necesaria, pero no define nuestra mirada. Esto sólo es motivo de celebración como muestra de que los tiempos cambian, y la lucha es efectiva. Pero honestamente esto llega casi tan a tiempo como la Iglesia perdonando a Galileo. No deberíamos alabar que se respeten nuestros derechos cuando es algo básico.
Aunque esto ha servido sin duda para descubrir algo más profundo, y es el gran desconocimiento que la sociedad tiene por la transexualidad. En comentarios de facebook y twitter a colación de esta noticia, el 60% de la gente no tenía ni idea de que a día de hoy todavía nos catalogasen de enfermas (por favor, dejad comentario si pensábais igual), un 20% celebraba la noticia y otro 20% la condenaba.
El motivo de la ignorancia es por supuesto la falta de conocimiento.
– Hasta 1983 en España estuvo prohibida la cirugía de reasignación de sexo (6 años despues de entrada la democracia).
– A día de hoy no hay leyes estatales que garanticen el tratamiento médico por el servicio público a las personas trans, solo algunas autonomías tienen leyes. En España actualmente rige la ley 3/2007 que precisa del informe psiquiatrico de disforia de género (por el que te declaras enferma mental), a la vez otro informe psicológico que alegue que no tienes problemas mentales (¿entonces en qué quedamos?) y estar hormonándote durante al menos dos años para poder tener derecho a cambiarte el nombre y el género en el registro civil, o para poder hacer una cirugía de reasignación de género.
Es decir, te condenan a estar en un limbo laboral, personal y legal durante 2 años, todo para que la sociedad se pueda adaptar a ti. No sea que la sociedad lo pase mal.
Pero ahora que ya no nos consideran enfermxs, sino incongruentes, todo va bien, no? Porque ahora en las administraciones públicas, la policía, el hospital o en los hoteles, ¿no nos llamarán con el nombre que sale en el DNI, no? Porque la próxima vez que vaya al registro para cambiar mi género registral en el DNI no me dirán que lo haga por internet porque no saben cómo va, ¿verdad? Porque la gente dejará de confundir travesti con transexual, dejarán de confundir genitales con género, dejarán de confundir género asociado con género identificado, ¿no? ¿Tendremos nuestras necesidades clínicas cubiertas? ¿La gente dejará de pensar que si te gusta una mujer con polla es porque eres maricón? ¿Dejarán de someternos médicamente, de negarnos trabajos, de pensar que ser transexual es ser la Veneno? ¿Dejarán de odiarnos? ¿Dejarán de matarnos?
¿Entonces? ¿De qué sirve un avance sobre algo del que nadie tiene ni puta idea? El mayor problema que le veo a la transexualidad, que puede llevar incluso a enfermedades mentales, es la falta de aceptación por parte de una sociedad atrasada. Lxs enfermxs no son ellxs, son los que no les aceptan. La transexualidad no es ni nunca ha sido ninguna enfermedad. La transfobia sí.
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