Todas sabemos quién es Paris Hilton: rubia, americana, fiestera multimillonaria heredera. Esa mujer hueca, superficial, caprichosa que se hizo famosa a raíz de un documental llamado “Simple Life” donde decía barbaridades como que no sabía usar una bayeta. Ese personaje de rosa, cursi, con voz de pito, protagonista de mil excesos y, al mismo tiempo, Paris Hilton como estandarte de la feminidad típica. Bueno, pues, como ya viene siendo habitual, nada más lejos de la realidad. Porque también es una empresaria de éxito internacional brutal. Y eso lo he podido descubrir viendo su documental. Por eso te traigo 3 razones para ver La verdadera historia de Paris Hilton en Youtube:

1.- Parece que el éxito de las mujeres siempre es fruto de algún escándalo moralista: desde hace tiempo vengo adivinando que la historia reciente de las mujeres más populares se da como acumulación de escándalos y humillaciones públicas de las mismas. Y como que me tiene un poco hasta donde la tripa pierde su nombre. Todo lo que logran se ve siempre puesto en duda primero, se valora si existe capacidad. Y se busca siempre algún elemento sexual que le haya llevado a eso. Se minimiza ante cosas tan absurdas como la forma de expresar su persona. Porque como ya sabemos lo muy femenino, rosa, cursi, lo reducido a ser mujer tradicionalmente es IMPOSIBLE que sea sinónimo de inteligencia, fuerza, estrategia o éxito.

El documental nos cuenta la historia de Paris a través de sus testimonios y de gente de su entorno. Desde que era una cría hasta la actualidad. Nos construye a una persona compleja (como cuaaaaaaaaalquiera), que ha tomado elecciones y ha sufrido el vapuleo por muchas de ellas. Una mujer expuestísima, que ha aprovechado eso a su favor, y que le ha salido bien, muy bien. Ha logrado un éxito imparable también a base de trabajar. Sin embargo, de nuevo, lo que todos sabemos de ella es lo evidente y dicho con tono despectivo.

¿Por qué?

2.- Porque necesitamos seguir alimentando la sororidad: cuando éramos crías, nos desvivíamos por demostrar que “no éramos como otras chicas”. Que no se nos relacionase con algo tan simplón como era lo arquetípicamente femenino. Y crecimos en la envidia y en el juicio a nuestras semejantes para conseguir sobresalir o diferenciarnos.

Dentro de ese universo de odios irracionales, crecimos juzgando a gente como Paris Hilton. Está bien que no te guste, que no te hable, que no te parezca relevante. Pero a que cuando has leído las primeras frases del artículo no te ha chirriado. ¿Cuántas veces has oído definir a un hombre de éxito como alguien hueco? ¿Nunca? Vaya. Que casualidad. Sin embargo, a esta chica, solo por representar determinadas cualidades ya la hemos tachado de lo más grande.

3.- Da una lección de apreciación de quienes somos y lo que tenemos: lejos de ser una exposición de opulencia y que te mueras de envidia ante su vida de lujos y viajes, te desmonta esa ilusión que IG se ha encargado tan bien de insertarnos en el cerebro. Ni de coña esas vidas de viajes, dinero, regalos son lo que aparentan.

«Everyone says I’m the original influencer. But sometimes I feel like I helped create a monster» Paris Hilton.

La fama, los “lujos”, la vida de “ensueño” que muchos influencers nos venden, no es tal. Y si sí lo es, si es a eso a lo que aspiran: a no dormir, a no poder decir nunca que no, a no confiar en nadie… Sinceramente, para ellos.

Estás son mis 3 razones para ver La verdadera historia de Paris Hilton pero es que además me ha parecido súper humano, me ha enternecido y entristecido a partes iguales. Ha despertado en mí un renovado respeto ante las mujeres que logran sobresalir y tener éxito. Me ha invitado a reflexionar ante todo aquello que me creo a pies juntillas y a revisar mis juicios sobre mis congéneres. Además, está muy bien contado, es ameno, es interesante, y revela ciertos aspectos muy alejados de los focos que tienen o tendrán un impacto muy positivo.

¿Lo habéis visto? ¿Qué os ha parecido?

@tengoquenayque