Las que llevamos flequillo de siempre, es decir, desde que nos lo cortaba nuestra madre, sabemos que es una relación de amor odio extremo. Y las que se lo han ido cortando con los años han aprendido a base de ensayo-error. Hasta tenemos teorías sobre cómo hay que llevarlo, el flequillo nos ocupa mucha parte de nuestra rutina estética y a la vez es lo más cómodo del mundo. Así, que a muchas les cueste aguantar con él, pero las que ya no sabemos vivir sin pelo en la frente, sabemos que estos son los auténticos hechos inseparables de nuestra vida flequillil:
- El flequillo es un maravilloso aliado para taparte las cejas cuando te da mucha pereza depilártelas.
- No nos vemos igual con o sin flequillo, por eso casi lo hemos adoptado como parte de nuestra personalidad.
- El día que te apetece ondularte un poco el pelo , lo único que se te ondula es el flequillo.
- Y el día que quieres tener el pelo liso, lo único liso extremo es tu flequillo.
- Cuando lo quieres peinar redondito, se queda en una extraña forma entre aplastado por arriba, ondulado por el medio, puntas para afuera.
- ¿Cómo se llama ese rizo que se te hace en medio y debajo del flequillo y te lo deforma entero? ¿No tiene nombre? Ya le ponemos: Rizo cabrón hijo del mal.
- Como haga calor, adiós flequillo, hola masa informe de pelo pegada a tu frente.
- Si llevas el flequillo de lado, suele adquirir una increíble capacidad para convertirse en flequillo-lamido-por-vaca.
- El flequillo se abre. SIEMPRE.
- Si lo llevas de lado, se abre en cuatro o cinco trozos.
- “¿Pero ya ves algo?” Es la frase que más escuchas a lo largo del día.
- En el momento en que te lo empiezas a tocar para colocarlo bien, ya no vuelve a su ser.
- Si te lo tocas más de dos veces fuera de casa, tienes un hermoso flequillo lleno de grasa.
- Si decides que está limpio y no te lo lavas, en cuanto salgas por la puerta te estarás arrepintiendo.
- Por eso, hemos desarrollado una fantástica habilidad para lavarnos el flequillo en cualquier lavabo.
- También hemos desarrollado una destreza maravillosa con las tijeras en casa. O eso creemos.
- A pesar de los “pequeños escalones” que nos hacemos en casa, creemos que no se nos va a notar nada, pero siempre tenemos a alguna amiga graciosa que se da cuenta y lo dice. En alto. Delante de mucha gente.
- Cuando te has cortado el flequillo en casa muchas veces seguidas, ya no sabes desde dónde empieza y tienes pelos de todas las larguras delante de tu cara.
- La peluquera nunca va a entender que quieras el flequillo por debajo de las cejas, por tanto siempre te lo cortará dos dedos por encima de dónde le digas.
- El corte favorito de las peluqueras es el flequillo “borroka style”.
- Como más le gusta a tu madre el flequillo es corto, “que se te vea la cara”.
- ¿Cómo queda mejor? ¿Encima de las gafas de sol o por debajo de las gafas de sol? Da igual, te va a molestar seguro.
- Ahora es un auténtico drama hacerse las fotos para el DNI. ¿Qué me aparte el flequillo? ¿En serio? ¿Pero cómo me van a reconocer en los aeropuertos? Y sobre todo, ¿Cómo voy a enseñar esa foto????
- Cuando decides quitarte una temporada el flequillo, todo el mundo te dice que guapa estás. Y tú los quieres matar porque echas de menos tu flequillo.
- Y siempre, nos cortemos como nos cortemos, volvemos a nuestro flequillo, ¡porque a pesar de la lata que nos da, lo amamos! ¡Arriba el flequillo!