Las comidas de empresa más divertidas que he organizado

 

Bodas, Bautizos, Comuniones, pero también comidas de empresa. Mis más de 20 años dedicada a la organización de eventos, me han dado para todo tipo de anécdotas. En este caso, quiero hacer un repaso por las fiestas de empresa más divertidas y curiosas que he montado. 

Los sanitarios son los que más nos la han liado 

Habrá de todo en la viña del señor, pero menudas farras se han metido en nuestras instalaciones el personal sanitario, tanto de la sanidad pública como privada. Brutal.

En pleno enero o febrero -nuestros clientes nos explican que en fechas navideñas van demasiado liados en sus respectivos centros hospitalarios como para organizar nada- son capaces de trasladarnos a una discoteca ibicenca o incluso al Tomorrowland. Contratan DJ de prestigio, comparsas, hacen concursos de disfraces, de baile…, un despipote épico y memorable. Por desgracia, también ha sido el gremio que más problema nos ha dado en cuanto a sexo en espacios públicos y consumo de estupefacientes. En ningún caso quiero generalizar este tipo prácticas con las personas que conforman esta profesión, pero sí compartir que yo, a nivel personal, me he encontrado este problema repetidas veces durante el ejercicio de mi profesión.  

Con los informáticos acabé echando un Twitch Rivals en Fortnite 

Una empresa de creación de videojuegos, nos comentó la posibilidad de transformar nuestro salón destinado para eventos en una Land Party. Yo, que soy de la generación Boomer, me quedé un poco ojiplática con la petición. Pensé que era un Party Land, pero al revés. No. Ya te digo que no. Les pedí a mis nuevos amigos los informáticos una lista de exigencias, que se resumía básicamente en disponer de una buena conexión a Internet, una pantalla gigante, mesas imperiales y sillas cómodas. Sin decoración, salvo un área de descanso chill out con sofás y puffs. Con respecto al menú, tipo fast food: hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas, frutos secos y, por supuesto, bebidas energéticas. Montamos un food truck de comida asiática, con sushi y ramen, funcionando durante todo el evento. Cero alcohol, cero sexo y cero drogas. Solo decenas de jóvenes pegados a sus ordenadores durante 48 horas. 

Retransmitían partidas en la pantalla gigante de un torneo de Fortnite en el que participaban. Al final, terminé sacando el portátil del curro y acoplándome al setup de uno de los chavales. Me descargué el Fortnite y con los auriculares y el micro del móvil, eché unos escuadrones con los informáticos. ¡Vaya risas! 

El difícil Escape Room del que casi no escapa la poli

Tuve una comida de empresa de una comisaría de policía que buscó ser original y montar un Escape Room a la entrada del evento. Para acceder al salón del banquete, tenías que superar una serie de pruebas en diferentes escenarios y descubrir un secreto. Ni un grupo ni uno solo, logró desvelar el secreto.

El Escape Room estaba organizado por uno de los policías invitados, por lo que intuimos que lo adaptaría al nivel de sus compañeros. Nosotros tan solo le ayudamos a ambientar la “escena del crimen” con decoración realista. El reto debía ser superado en unos 15 minutos, en grupos de 8/10 personas. Ni uno; insisto, ni uno lo atravesó.

El primer grupo se pasó casi 45 minutos en el primer escenario, retrasando todo el evento y, por consiguiente, la hora de la comida. No es que “casi merienden”, es que terminando cenando. ¡Un desastre! Pero que les dio para muchas bromas durante la barra libre. Eso sí, Dios nos pille confesados… 

La tienda de cómic que nada envidiaba a una peli de Marvel 

Fue flipante. Me sentí en Hollywood. Todos los invitados a la fiesta, que no solo incluía empleados sino también familiares y amigos, debían ir disfrazados. Pero aquello no eran disfraces del bazar chino de la esquina, no. Había auténticas piezas de vestuario dignas de protagonizar películas de Marvel. Montamos un escenario donde representaban escenas de esas películas que perfectamente podrían reproducir. Desde Bella y Bestia, hasta el Capitán América y la Viuda Negra. La decoración iba por mesas, así que encontrabas una decorada como la madriguera del conejo de Alicia en el País de las Maravillas y otra de Harry Potter. ¡Un espectáculo! 

 

Y esto es todo. Ahora vas y piensas, ¿en qué mierda de empresa trabajo yo que no liamos nada de esto? Pues en la misma que yo, ya que “en casa del herrero, cuchara de palo”.  

 

Anónimo